Las dos caras del Movistar Team en la Vuelta a España
Alejandro Valverde luchaba por el podio, pero parece que es cada vez más lejana esta opción.
El Movistar volvió a demostrar en la octava etapa que es el mejor conjunto de la Vuelta 2020, el primero en la clasificación por equipos, pero está casi descarado para el triunfo final ante la perdida de tiempo de sus líderes, que en la subida al Moncalvillo volvieron a perder opciones.
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Especialmente Enric Mas, quien, después de acabar quinto en el Tour de Francia y sin tres de los que le superaron en la carrera francesa en la salida (Pogacar, Porte y Mikel Landa), se presumía unos de los principales candidatos a la Roja final de Madrid.
De hecho inició la carrera en Irún dando unas espléndidas sensaciones en la subida Arrate, una impresión que ya no fue capaz de hacer valer en esa primera meta, donde ganó Primoz Roglic, y a partir de ahí ha ido declinando en los momentos importantes para verse ya a casi dos minutos (1.54) del líder Richard Carapaz como aún media carrera por disputarse.
Pero Mas no ha aparecido en ninguna de las cumbres que lleva una Vuelta con mucha montaña y en la que ya han brillado muchos corredores. Ni en Arrate después de salir a un acelerón de una de las sorpresas de la carrera, el 'anglo-navarro' Hugh Carthy, ni en la Laguna Negra, ni en Formigal ni hoy en Moncalvillo, una subida para grandes.
Quizás como en 2018, cuando fue segundo, el balear se dejó lo mejor para el tramo final de la carrera. Es la esperanza de su equipo y sus compañeros.
Diferente está siendo la actitud de Alejandro Valverde y Marc Soler, las dos segundas bazas de Movistar siempre con la vista puesta en Mas.
Los dos se están mostrando agresivos y entregados para la causa telefónica, pero siendo irregulares. Hasta el punto de depender ya de un movimientos táctico sorprendente e inusual no ya solo para ganar, sino incluso para entrar en un podio que ambos, octavo y noveno, tienen a más de tres minutos.
Soler brilló Lekunberri, con exhibiciones tanto en la subida como en la bajada, y en la espectacular etapa de Formigal llegó con los mejores. Pero ni en Arrate, ni en la Laguna Negra ni en Moncalvillo estuvo donde se le esperaba.
Mención aparte merece Alejandro Valverde, que con 40 años parece reciclado en 'gregario de lujo' para incrementar en lo posible la ya repleta sala de trofeos de la estructura dirigida por Eusebio Unzué. Se mueve y se mueve el glorioso campeón del mundo de 2018, pero al final no aparecen los jóvenes compañeros para los que trabaja.
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Al murciano, además, le está penalizando la falta de su chispa habitual para anotarse etapas que en sus mejores días no hubiese dejado escapar como en Lekunberri y Vitoria. Ésta en una fuga que coronó Orduña y de la que se le escapó el canadiense Michael Woods.
Valverde tiene aparcada la general y no le ha dado para ganar etapas; Soler encadena buenos días con otros no tan buenos; y Mas no es capaz de seguir a los mejores (Carapaz, Roglic, Dan Martin y Cathy) en las horas 'H' y los días 'D'.
Al Movistar, de momento, no le da para ganar al Vuelta 2020. En la que, paradójicamente, se está mostrando como el equipo más fuerte cuando de movimientos corales se trata. Como, por ejemplo, camino de Lekunberri y hoy hacia Moncalvillo. EFE
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