´Rozando´ el Web.com
Marcelo Rozo levantó dos trofeos en las dos últimas semanas. Viene a un ritmo que da esperanzas para verlo en la antesala del PGA Tour.
Se acabaron los Juegos Centroamericanos y del Caribe y Colombia, no obstante de ocupar el tercer lugar en la medallería al perder el pulso con Cuba, definitivamente brilló. Se puede decir que el país ganó en casi todo lo que compitió. Segundo lugar por numero de medallas ( 269 hasta el momento de escribir esta columna, 79 de ellas de oro) hablan del buen momento por el que viene pasando el deporte colombiano.
El golf no es la excepción, Marcelo Rozo se colgó la medalla de oro. El país además fue primero en el medallero de este deporte con dos preseas más: una de plata en mujeres con María Camila Serrano y otra de Bronce con Paula Andrea Hurtado.
Lo de Rozo y el momento por el que está pasando es bastante bueno. Terminó el torneo de los juegos con 24 golpes por debajo del par, marcó récord en la cancha del Country Club en Solinilla y hasta de los juegos. Trece golpes de diferencia sobre el mexicano Raúl Pereda, quien obtuvo la medalla de plata, hablan muy bien de lo que hizo el colombiano esta semana, aunque Pereda en el PGA Tour Latinoamericano apenas ha pasado un corte en esta temporada.
Rozo viene de ganar el abierto colombiano en el difícil campo del Karibana, con 16 golpes bajo el par y al ritmo que estaba jugando hubiese podido hacer más, sino es porque debido a las tormentas eléctricas la organización debió recortar el torneo a solamente tres rondas.
Este ha sido un buen año para el colombiano, a pesar de no haber cuajado ningún triunfo en el Tour Latinoamericano, en donde ha tenido un T2 en el Abierto Osde de Argentina, un séptimo lugar en el Abierto Mexicano y un T13 en el BMW Jamaica Classic.
Actualmente es puesto 14 en la ronda latina con nueve torneos jugados y ganancias por US$31.000, pero si mantiene el ímpetu con el que ha enfrentado los campos en las dos últimas semanas tendrá un gran chance de ubicarse entre los cinco primeros de la Orden al Mérito y clasificarse directamente al Web.com la antesala de la máxima categoría, en donde ya estuvo en 2015, con la mala fortuna de no haber superado ningún corte en los torneos en que participó y por ende la pérdida de los beneficios y el regreso al Tour Latinoamericano.
Este es el momento y debe aprovecharlo, pues no hay tiempo de esperar. No es un jugador joven, tiene 28 años, y ha tenido una carrera irregular por diversos factores, luego de un comienzo prometedor en el que se pensó que podría seguir los pasos de Camilo Villegas, ya desaparecido de la élite del golf mundial.
Ha ido y vuelto, pero quienes lo vieron en Cartagena y Barranquilla lo ven fuerte, concentrado, frío y estratégico. Ese debe ser el Marcelo de los próximos meses, para que en 2019 acompañe a los otros cinco colombianos que, a excepción de Sebastián Muñoz, han pasado este año con más pena que gloria por el circuito.
El golf colombiano necesita representantes en la gran liga y al ritmo que viene caminando Rozo hay esperanzas. Aún falta la segunda parte de la ronda y hay camino por recorrer, pero también muchas posibilidades.
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