El compás de DeChambeau
El jugador estadounidense espera todavía una resolución de la Usga por el uso de un compás en el campo de juego.
Bryson DeChambeau es un jugador que apenas suma 64 torneos jugados en su carrera como profesional y dos victorias. Y digo apenas porque el torneo normal de la PGA tiene al menos 45 torneos en un año. Y apenas porque otros jugadores a su edad han logrado muchísimo más en participaciones y alcances. Jordan Spieth por ejemplo ha jugado 144 torneos y suma 11 victorias. Aunque es justo decir que Spieth se hizo profesional hace ya seis años y DeChambau hace solo dos.
Lo cierto es que el hombre de Modesto, California, que no es un mal jugador, ha llamado la atención en el circuito más por sus extravagancias que por su juego asertivo. O tal vez se ha vuelto llamativo porque a pesar de esas extrañezas que ha traído al campo ha logrado ya ganarse US$6,5 millones de dólares como profesional, ser campeón amateur de Estados Unidos y de la Asociación Nacional Atlética Universitaria (NCAA por sus siglas en inglés)
La última de esas rarezas -más allá de un look de los años 50 o de tener un set de palos que parecen sacados de un basurero- fue la utilización de un compás para medir en su libreta la distancia de los hoyos y calcular la ubicación de la bandera en el green.
Un comisario de la Usga se le acercó en la tercera ronda del Travelers Championship la semana pasada y le advirtió que sería investigado, que la Asociación rectora del golf en Estados Unidos revisaría si estaba violando las estrictas normas que rigen este juego y que si eso sucedía podría ser descalificado.
El hecho ha generado admiración entre quienes lo califican como un científico del golf, pues ha logrado ganar esos dos torneos profesionales con unos palos que rompen leyes de la física que nadie se había atrevido a cuestionar: los palos cortos son para tiros a poca distancia y los palos más largos para golpes de mayor distancia.
Todos sus palos (cortados en el taller - laboratorio lo llama él- del garage de su casa) tienen exactamente la misma longitud, la del hierro 6; el ángulo de la varilla respecto a la cara del palo es mayor y el agarre (el grip) es tan ancho como el que utilizan otros jugadores para el putter.
Hay otros que piensan que no es tan brillante, a pesar de haber estudiado física y resolver problemas algebráicos desde los seis años, y que por el contrario el no tener la meteórica carrera de otros jugadores de su edad demuestra que está más para las burlas que para la admiración.
Pero el punto está en si utilizar un compás viola o no las normas del golf. La regla 14-3 que habla sobre “Dispositivos Artificiales, Equipos Insólitos y Uso Insólito del Equipo” es la que aplica al caso. La norma señala que un jugador no podría llevar al campo algún elemento extraño que: A- pueda ayudarle a ejecutar un golpe o en su juego; o B- con el propósito de calibrar o medir distancias o condiciones que pudieran afectar a su juego. Hasta ahí habría una violación clara de esto, pues se supone que lo que estaba haciendo con su compás era medir las distancias.
Putt de Bryson de Chambeau
El golpe en el green es otro de los 'inventos' del joven Bryson Dechambeau, no solo el palo es totalmente distinto a los que usa cualquier otro profesional (parece un martillo de croquet), sino que su agarre, por decir lo menos, es poco ortodoxo.
Hay que decir que hace algún tiempo se prohibió el uso de las aplicaciones para los iPhone o cualquier otro dispositivo que indicara velocidades del viento, distancias, etc. Todos esos gadgets con los que los aficionados cargamos y utilizamos para nunca bajar de los 25 golpes sobre el par del campo.
Pero como todas las reglas tienen su excepción y en el deporte siempre son tan inverosímiles como los cambios que se proponen cada tanto, resulta que antes de 2014 utilizar una brújula en el campo era prohibido y violatorio de la mencionada norma. Pero por arte de magia en enero de ese año la redacción del libro sagrado de las normas cambió para decir que una brújula era válida pues “solo proporciona información direccional y no mide o calibra condiciones variables ni ayuda al jugador en su juego”.
¿Y la diferencia entre una brújula y un compás? Pues en términos de navegación náutica, cumplen exactamente la misma función de orientación, pero el compás es mucho más sofisticado. Pero el de DeChambeau es un compás geométrico, como ese que llevábamos al colegio a partir de la escuela primaria, muy lejos de cualquier sofisticación técnica.
El compás geométrico, el que utiliza DeChambeau, sirve para dos cosas: o para hacer círculos o para medir distancias sobre los mapas. A mí en el colegio sólo me servia para lo primero.
Pero si sólo sirve para medir distancias en los mapas, entonces, ¿en la libreta del joven físico hay un mapa del campo como los atlas de otrora? Eso no se sabe aún.
Todo apunta a que no habrá una sanción. Así que algunos se seguirán burlando de sus prácticas y otros seguramente querrán entender si ello sirve de algo. Mientras el modestan (gentilicio de los nacidos en Modesto) no llegue al primer lugar del ranking mundial -que no está exageradamente lejos- o que no gane al menos uno de los grandes torneos con sus rarezas, seguramente seguirá produciendo más risas que admiración.
Y si él, con todo lo que implica practicar este complicado deporte le quiere meter más complicaciones, pues es su problema. Por lo menos el debate servirá para demostrarle a algunos, algunos muchos, que el golf no es tan aburrido como aseguran y que si a algunos les gusta el VAR a otros les gustan los compases.
Fuente
Antena 2