Dos felices tigres, Tiger Woods y Falcao García
Tiger Woods en el US Open y Falcao García en Rusia 2018, la historia de dos tristes tigres que vuelven a sonreir.
Este jueves dos grandes del deporte mundial; dos hombres que superaron la peor crisis de sus carreras; dos capitanes de quienes algunos en su momento se atrevieron a decir que nunca volverían y se equivocaron; dos héroes nacionales que todos esperan, se enfrentan a su gran prueba.
El primero en Rusia, el segundo en Estados Unidos. Con unas vidas tan separadas como distantes geográficamente serán las ceremonias de inicio que esta semana marcarán un gran regreso. Los tigres Falcao García y Tiger Woods emergieron de las cenizas y a partir del próximo jueves se enfrentan a un gran reto; el colombiano cumplirá su gran sueño, el del mundial. Su gran revancha luego de que hace cuatro años viera cómo se esfumaba la posibilidad, en los primeros 45 minutos de un partido de su equipo AS Mónaco contra el Chasselay por la Copa de Francia, de ir al Mundial del 2014 y participar en lo que sería la mejor actuación de un seleccionado colombiano en un mundial.
Hace diez años Tiger Woods ganaba el US Open, uno de los cuatro grandes torneos del golf a nivel mundial. Había muecas en su rostro, sufrimiento y dolor. Cojeaba, se tambaleaba por momentos; problemas en la tibia y en la rodilla izquierda le jugaban una mala pasada y escondía a medias una operación realizada semanas antes. Aún así se paseó cómo sólo el lo sabe hacer por el Campo Sur del Torrey Pines Golf Club en San Diego para salir victorioso. Era la tercera, sí la tercera vez que el estadounidense ganaba ese torneo, algo que sólo lo había logrado otro grande, Jack Nicklaus. Es cierto que no es el primer major que juega desde su regreso. Ya estuvo en Augusta en abril pasado, torneo que ganó en cuatro ocasiones, fue su primer grande y fue el primer hombre de color en vestir la codiciada chaqueta verde.
Para Falcao sí es su primer mundial y está feliz, en su rostro se le nota; también es cierto que la Fifa le ha hecho un homenaje destacándolo como uno de los cinco capitanes a tener en cuenta en este mundial.
Pero para ambos hay un tufillo de desquite en el camino del torneo al que se enfrentan a partir de este jueves. Falcao porque llega en plenas condiciones y quiere ser protagonista y porque ya las cámaras lo siguen, sueña con ser goleador y porque este puede ser su primer y último mundial, pues a sus 32 años y ante la posibilidad de que Colombia clasifique por tercer vez consecutiva a un mundial y vaya a Qatar en 2022 ( algo que nunca ha pasado) las expectativas son realmente pocas. Tiger porque tampoco es un joven y aunque no hay jugador más longevo que el del golf, a sus 41 años y en una liga en la que hay por lo menos 10 jóvenes, muy jóvenes, de primerísimo nivel (Dustin Johnson, Justin Tomas, Justin Rose, Jordan Spieth, Jon Ram), que al menos tienen en promedio diez a quince años menos que él, es muy difícil volver a ser el número uno y mucho menos posible volver a serlo durante 683 semanas como logró serlo en su mejor momento y mucho menos serlo durante 281 semanas seguidas.
A Falcao pareciera que sólo le basta con jugar y si de paso logra un lugar entre los goleadores todo será ganancia; el gran sueño era llegar y ya lo está disfrutando y se le nota en cada sonrisa, en cada mirada a su alrededor; en cada paso. Pisar el campo del Mordovia Arena el próximo martes ya será el primer triunfo. El resto vendrá por añadidura.
Woods espera mucho más, parece que sólo le sirve ganar. Porque ya derrotó a los que creyeron que los problemas personales y luego los de salud, sus operaciones de rodilla y espalda más recientemente, lo iban a alejar definitivamente de los campos. Ya ha pasado varios cortes desde su regreso, ya ha jugado una semana completa, ya ha sido primero en alguna de las rondas que ha jugado pero le ha faltado el toque, el sello característico de este jugador demoledor en el juego corto y de nervios de acero.
Ha fallado constantemente en el green y el temperamento, que antes actuaba a su favor, tal vez por aquello del ímpetu juvenil, hoy le juega una mala pasada y parece desconcentrarlo y se le ve ansioso. Pero en cada inicio de torneo también se le ve de buen semblante, genera ilusión y arrastra miles de personas detrás suyo de hoyo a hoyo.
Los tristes tigres de hace unos años hoy están felices; esta semana están en lo más alto. Cada uno se ha puesto su propia meta y cada uno saldrá a hacer los suyo: el uno goles, el otro birdies.
Fuente
Antena 2