Un campeón sin límites

Anthony José Zambrano es un nombre que la mayoría de los colombianos no conocíamos y que empezamos a querer desde los Juegos Panamericanos de Lima en julio pasado, cuando el oriundo de Maicao se alzó con las preseas de oro en los 400 metros y en la posta de 4x400.

Pero en realidad los especialistas en atletismo conocen de sus andanzas  desde hace mucho tiempo, casi desde los Juegos Supérate, patrocinados por Coldeportes Nacional, cuando apenas despuntaba en medio de las carencias de su condición.

Su nombre empezó a resonar más fuerte para el atletismo en Cali, por allá en el 2015, donde empezó a dar sus primeras puntadas siendo mirado desde ese entonces con el respeto de una figura que comienza a despuntar.

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En 2016 dio su segundo campanazo en el Mundial Juvenil de Polonia, siendo finalista en su especialidad, para luego llevarse por delante el oro en los suramericanos y los Panamericanos.

La suerte estaba echada y Zambrano irrumpía como la nueva estrella colombiana en los 400 metros, una modalidad esquiva para los nuestros desde la época de Jaime Aparicio en los 400 vallas que tal vez ni usted ni yo vimos correr y Ximena Restrepo, esta sí más cerca en el tiempo, cuando alcanzó el bronce en los Olímpicos de Barcelona- 92.

El hijo adoptivo del barrio El Recreo de Barranquilla tenía todavía una 'sorpresita' más. Arrancó el Mundial de Doha y su ilusión era meterse entre los mejores y paso a paso lo logró hasta llegar a la final y alzarse con la plata, solo superado por el bahamense Steven Gardiner, pero como es un inconforme a pesar de la importancia de la medalla se le vio un rostro adusto, él quería la de oro.

Miladys Zambrano, su madre, es hoy la mujer más orgullosa del país. Su único hijo por el que ella se olvidó hasta de su vida para vivir pendiente de él. Es un amor reciproco porque Anthony en todas las entrevistas siempre tiene un apartado especial para ella.

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La vida siempre le tiene reservada cosas especiales a los que arrollan con su actitud y Zambrano es uno de ellos, que de chico fue ayudante de albañilería y bici taxista, pero sabía que su vida no estaría en una cancha de fútbol, sino al lado,  en una pista de atletismo, deporte que hoy lo tiene en boca de medio mundo incluido Michael Johnson, el más grande corredor de la especialidad.

Bienvenido una nueva figura del deporte colombiano, que salió de la nada y con el sacrificio de su madre y su dedicación hoy puede gritarle al mundo que es subcampeón mundial de atletismo y que su meta es Tokio 2020, donde el oro le cambiaría el ceño fruncido de ahora por la felicidad que supone ser el mejor.