Triunfo resonante
La Copa apenas comienza, paladeemos el triunfo resonante, aunque no olvidemos que vienen nuevos retos.
La victoria frente Argentina, con dos golazos de galería, fue gratificante, por la estatura histórica del rival y la forma merecida de trazar el triunfo. Ganarle a un grande del fútbol sudamericano y mundial, además con Messi a bordo, deja un sabor agradable en el paladar y abre un panorama de esperanza hacia el futuro.
Las formas de juego mostradas por el elenco manejado por Carlos Queiroz fueron propicias, meticulosas y extremadamente pulidas. Los gauchos se vieron maniatados y desconectados, producto del movimiento presionante de la escuadra nacional. La triada Messi, Kun y Di María fue cerrada y delimitada por el ejercicio de marca aplicado por los centrocampistas y defensores colombianos. Lo Celso intentaba entrar en circuitos, pero tampoco fructificó su gestión.
Vea también: Wilmar Barrios despejó dudas sobre su posible lesión en la Copa América
El primer tiempo fue para Queiroz y su corte; con aplausos para el colectivo que funcionó ordenadamente y con piezas sobresalientes, como es el caso de Wilmar Barrios, quien destacó por su fiereza y aconductamiento en el posicionamiento geográfico y para el marcaje zonal e individual. El cartagenero fue un bastión en esa zona del campo.
Y cuando Argentina generó apremios en fase ofensiva, apareció como muralla protectora el arquero David Ospina, quien frenó en seco las escaramuzas de los ofensores albicelestes. Y es que desde la retaguardia se solidificó el triunfo. Mina, Sánchez, Tesillo y Medina, los del fondo, a propósito, cuatro centrales, activaron un elevado ritmo de seguridad. Sin la pelota, atentos y, con el balón, jugaron con precisión.
Le puede interesar: Mina: “Vamos paso a paso”, tras victoria de Colombia
Roger Martínez, quien ingresó en lugar de James Rodríguez, nos regaló un gol lleno de poesía: cambio de orientación de James, control de Roger para después realizar una diagonal explosiva, de izquierda al centro, para quedar con perfil de remate, y luego lanzar el fulminante latigazo, imposible para Armani; enmarcando un gol antológico, una postal digna de ser exhibida en las galerías del fútbol mundial.
El tanto de Duván Zapata fue portentoso. El delantero rescató la pelota y, luego de trastearla, la ubica para Roger Martínez, quien ve como Lerma le pasa por detrás como una exhalación, se la acomoda en el espacio para que éste último pulsara el balón para la decidida definición de Zapata, quien, de forma “invisible” le ganó la posición a Pezella y Otamendy.
La Copa apenas comienza, paladeemos el triunfo resonante, aunque no olvidemos que vienen nuevos retos, por tanto, con mesura, seguiremos atentos al devenir del proceso de Queiroz y la selección en este evento Continental.
Fuente
Antena 2