Lionel Messi y una pequeña ayuda de sus amigos

‘With a little help from my friends’ o con una pequeña ayuda de mis amigos, cantaba Joe Cocker en el 79’, nada más armonioso con el ‘rocambolesco’ partido de Argentina ante Nigeria; eso era lo que necesitaba  Lionel Messi , la estrella que todos estaban esperando brillar en Rusia 2018, quien se veía decaído, derrotado, eliminado, solo y confundido y con la responsabilidad de guiar a una Selección Argentina sumida en una crisis institucional y deportiva, y con la credibilidad de Jorge Sampaoli diluida en el proceso.

Parecía una misión imposible, a la ‘Albiceleste’ la daban por eliminada y sobre Messi  los calificativos apuntaban a un jugador ‘pecho frío’, inflado e incapaz con el combinado ‘gaucho’; sin embargo él apareció cuando su nación lo requirió, con un exquisito control con el muslo izquierdo, un toque para perfilarse con el botín zurdo y un inesperado remate cruzado con la diestra para revivir a todo un país que exhala fútbol desde sus más ancestrales raíces.

Sí, fue Messi, quien ocupó la atención de toda la defensa nigeriana, pidió la pelota cuando a los demás les quemaba, encaró y buscó socios para enhebrar paredes, pero se encontró con los ladrillos demolidos.

El ‘crack’ del Barcelona de España dejó cara a cara con el gol a Gonzalo Higuaín, pero como siempre, el peso de la camiseta argentina le impidió llegar a la cita al atacante de la Juventus de Turín.

El palo se le atravesó a una magistral ejecución del mago rosarino y obstaculizó la tranquilidad de los argentinos, pero fue una advertencia de lo que puede pasar en lo que queda de la Copa del Mundo por subestimar a ‘Lio’.

Al final, el ingreso de Cristian Pavón, la atajada de Franco Armani y una definición de ‘9’ de Marcos Rojo le dieron el merecido premio al genio del balompié orbital; por fin tuvo una ayuda, un aliciente, una esperanza de sus compañeros para poder continuar con su sueño de ser campeón del mundo.  

Por fin lo ayudaron, por fin, como con Diego Maradona,  apareció el Burruchaga del 86’, el  Caniggia del 90’; por fin brotó un Goycochea, un Pumpido, un Valdano. Por una vez no abandonaron a Messi y Argentina clasificó. ¡Por fin!

With a little help from my friends…