Cerrado el primer tríptico de etapas con final en alto en la Vuelta 2019, llega una jornada de teórica transición con un itinerario final que no les pondrá las cosas fáciles a los velocistas para intentar disputar el tercer esprint de esta edición.
La octava etapa arrancará en la localidad tarraconense de Valls y llevará al pelotón hasta Igualada (Barcelona) tras 166,9 kilómetros de recorrido por terreno de media montaña, aunque la organización únicamente ha marcado un alto puntuable, el de Montserrat (2ª), que el pelotón deberá afrontar a 27,5 kilómetros del final.
La jornada se desarrollará por un continuo sube y baja que no hará fácil el trabajo de control de aquellos equipos que intenten apostar por una llegada al esprint.
De nuevo los aventureros del día, dependiendo de la permisividad que tengan en el pelotón, podrían disfrutar de una oportunidad para pelear por la victoria parcial, aunque para conseguirlo deberán demostrar que las etapas previas no les han pasado una factura excesiva.
La duda estribará en saber si definitivamente el equipo del líder, Miguel Ángel López, el Astana, decide asumir la responsabilidad de controlar la carrera o por el contrario, como ya hizo camino de Ares del Maestrat, todavía no considera que ha llegado el momento de hacerlo.