La castellonense Ares del Maestrat acogerá la segunda llegada en alto consecutiva de la Vuelta 2019, bastante más benévola que la del Observatorio Astrofísico de Javalambre, en la que los favoritos no deberían pasar excesivos apuros.
Este sexto viaje de la 74ª Vuelta llevará al pelotón desde la localidad turolense de Mora de Rubielos hasta Ares del Maestrat con 198,9 kilómetros, la segunda más larga de estos veintiún días, con cuatro puertos de montaña, tres de tercera categoría y uno de segunda.
La vigilancia entre los aspirantes al maillot rojo, que ahora luce sobre sus espaldas el colombiano Miguel Ángel López (Astana), será la tónica que puede marcar esta jornada de nuevo por carreteras estrechas y sin apenas tramos de descanso, aunque en el caso de que alguien observe alguna debilidad en el rival no dudará en lanzar la carrera.
Ninguno de los cuatro puertos de la jornada destacan por contar con rampas muy exigentes, aunque la presencia del puerto de Culla, a solo 25,5 kilómetros del final, unido a la ascensión final de 7,9 kilómetros, puede convertirse en una buena opción para intentar hacer saltar la sorpresa.
Las diferencias todavía no son muy importantes entre los primeros clasificados pero como ya sucedió en la segunda etapa cualquier momento puede ser óptimo para incrementar esa ventaja o para eliminar a un rival.