María Sharapova: entre el bajo nivel y la duda por su continuidad en el tenis
La rusa no recupera su nivel y ha caído en los últimos tres Grand Slams en la primera ronda.
A sus 32 años de edad, María Sharapova ya no sabe qué hacer con el tenis profesional y la continuidad de una carrera que estaba diseñada para que la jugadora se convirtiera en una de las más grandes del deporte, podría concluir luego de una dolorosa eliminación en la primera ronda del Abierto de Australia, del que había sido campeona en 2008, a manos de la croata Donna Vekic.
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Múltiples lesiones y una dura sanción por dopaje han marcado la carrera de una atleta que ganó cinco dos Grand Slams, incluido un título en Australia, dos en Roland Garros, uno en Wimbledon y uno más en Estados Unidos, siendo el torneo francés el último de ellos en 2014. Como si fuera poco, María fue número uno del mundo en 2012, año en el que alcanzó su ranking más alto dentro de la WTA y en el que vivió uno de las mejores temporadas de su carrera.
Al término de 2015, María concluyó el año en la posición número cuatro del ranking mundial femenino, sin embargo, al inicio de 2016 la rusa recibió, tal vez, el golpe más duro de su carrera: la Agencia Mundial Antidopaje encontró rastros de meldonium en su sangre, una sustancia que ingería a través de un medicamento popularmente comercializado en Letonia como Mildronate y que le ocasionó una sanción de dos años de la actividad profesional.
La lucha de María y de sus abogados le permitió volver al circuito apenas 15 meses después de ser notificada, sin embargo, en medio de ese feliz momento aparecieron las lesiones y su hombro empezó a darle problemas pese a que durante 2018 consiguió buenas actuaciones, después de un 2017 en el que compitió en una gran mayoría de torneos que no revertían mayor importancia.
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La situación se intencificó durante 2019 y allí su nivel, al igual que su ranking llegaron al punto más bajo en toda su historia: octavos en el Abierto de Australia, sin poder jugar en Francia y eliminada en las primeras rondas de Wimbledon y Estados Unidos, la rusa concluyó su año ubicada en el puesto 136, un lugar que jamás esperó y del que le ha resultado difícil levantarse, mientras sigue luchando con las lesiones.
El Abierto de Australia 2020, al que recibió su invitación por ser campeona, pudo haber marcado un punto de quiebre en su carrera. Eliminada nuevamente en primera ronda y con algunos problemas, la situación resulta complicada, mientras su futuro como tenista profesional se sigue poniendo en duda.
Fuente
Antena 2