Conclusiones de la participación de Colombia en la Copa Davis

La participación del equipo colombiano en la Copa Davis no benefició a ninguno de los tenistas presentes en el grupo capitaneado por Pablo González. Envueltos en polémicas desde la convocatoria y reflejando en la cancha la falta de cohesión, Colombia volvió a casa con cinco derrotas en seis partidos disputados durante el certamen.  

Niveles bajísimos por parte de algunos tenistas en particular y la impotencia de otros al intentar luchar contra jugadores ubicados entre los 30 mejores del mundo, son algunos de los puntos que hay que tener en cuenta de cara a 2020, donde lo más probable es que el equipo ‘cafetero’ esté en obligación de disputar un repechaje para mantenerse en grupo élite de la competición o saber si deberá volver a disputar el grupo 1 de la zona americana.  

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Bajo este panorama, estas son algunas de las conclusiones que dejó el paso de Colombia por el Grupo Mundial de la Copa Davis, al que accedió por primera vez en su historia luego de varios años de intentarlo.  

Recambio en el grupo de jugadores: el nivel de Santiago Giraldo fue bajísimo respecto a lo que se esperaba, motivo por el que hay que pensar en alternativas jóvenes para que asuman su lugar, Nicolás Mejía se presentaba como una buena opción, pero la decisión del capitán y del grupo lo alejaron de la disputa en España. Hay que ver qué deciden los dobles, respecto a su participación, para el año entrante.  

Un cambio de capitán: la falta de liderazgo de Pablo González quedó expuesta apenas realizada la convocatoria. Discusiones internas, filtraciones y molestias al interior del grupo dejaron al capitán del equipo sin presencia entre los tenistas que iban a disputar las series contra Bélgica y Australia. Alejandro Falla se perfila como la principal opción para tomar este lugar.  

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Mejor elección de jugadores: aunque relacionada con el capitán, la elección de jugadores para las series contra Bélgica y Australia demostraron errores en la planificación, algo en lo que también deben estar dispuestos a colaborar los tenistas y el propio líder del equipo.  

Cabal y Farah siguen siendo líderes: durante años han sido los de mejor rendimiento, los que salvan puntos y quienes se encargan de dar mayores alegrías al país desde los dobles. Resulta una lástima que sus partidos siempre sean los últimos de cada serie, pues el impulso anímico de sus victorias es grande.  

Fortalecimiento a la cabeza y apuesta por los jóvenes: pese a que la presentación de tenistas como Daniel Galán fueron buenas, el trabajo mental que se puede hacer con los jugadores que apenas arrancan, como es el caso del bumangués, es importante para que mantengan el ritmo en partidos clave como el disputado contra David Goffin.  

A la espera de la resolución de la Copa Davis para conocer el futuro del equipo colombiano, ojalá en 2020, en caso de permanecer, se pueda lograr un mejor papel y haya un mejor trabajo desde todas las partes.