Una luz de esperanza en medio del coronavirus
La crisis actual puede significar el fin del fútbol moderno
En su más reciente reflexión para el medio ruso RT, el filósofo Slavoj Zizek asegura que la emergencia sanitaria provocada por el covid19 tendrá unas serias repercusiones económicas, sociales y culturales por lo que hace un llamado a la unión internacional para combatir este reto. El esloveno augura que de aquí pueden salir cosas muy positivas como un modelo de salud universal que permita a cada ser humano un mínimo de atención gratuita.
Bajo esta visión me permito ser trágico y optimista. La detención de esta máquina de dinero que es la industria del deporte (como bien la nombra el periodista argentino Marcelo Gantman), va a generar una fuerte recesión en el fútbol mundial. Las más recientes especulaciones de la prensa italiana señalan que equipos como Juventus y Roma reportan perdidas cercanas a los 130 millones de euros. Todo un desastre para un equipo como el de Turín que hace una temporada se quedó con Cristiano Ronaldo por una cifra muy parecida a la de sus pérdidas.
La Bundesliga suspendió la venta de sus derechos de televisión, varios clubes buscan renegociar de manera temporal los sueldos de sus jugadores y el comercio formal e informal que gira alrededor de fútbol cotiza sus números en ceros.
El pánico económico aterroriza tanto al mundo del fútbol que en un disparate cordura Gianni Infantino, presidente de FIFA, ha hablado de la posibilidad de reducir el número de equipos y partidos en los torneos organizados. Una propuesta con un futuro incierto con varias interrogantes ¿Los patrocinadores entrarían de nuevo a pujar teniendo en cuenta una posible recesión? ¿Qué tan altos serán los costos de los derechos de televisión? ¿El fútbol cuesta tanto como venía siendo normal o era una simple burbuja?
Reseñada la parte trágica, es justo ser optimista. Retomando la propuesta de Infantino por fin tenemos nuevamente en la palestra a los futbolistas, sus condiciones y la calidad del espectáculo frente al atronador negocio de las copas inventadas de la nada para ajustar bolsillos.
La crisis podría obligar a los grandes clubes a revisar nuevamente sus canteras antes que apostar por los fichajes multimillonarios. Tendríamos que reconsiderar si es justo que un ser humano que patea un balón cuesta 220 millones de euros, mientras la compra de material sanitario a China por parte de España se cotiza en los 432 millones. Sería viable intentar diseñar un marco contractual más justo para los futbolistas como empleadas e incluso vamos a poder darnos cuenta de que el fútbol al final, es solo un juego y no la vida misma.
Fuente
Antena 2