Una jugada maestra

Cuando se creía que la decisión iba a ser tajante, la Federación Colombiana de Fútbol anunció una medida que, para muchos, fue desconcertante en el caso del argentino José Pékerman y su renovación (o no) como técnico de la Selección.  

El nuevo Comité Ejecutivo se posesionó y de inmediato se curó en salud. Conocedores de la popularidad del entrenador que le dio la clasificación al combinado nacional en los últimos mundiales, los directivos pusieron el balón en el territorio del DT, quien en últimas dirá si se queda o no por los próximos cuatro años para el proceso que culminaría con la disputa de Catar 2022.  

Pékerman tendrá que dar respuesta a las propuestas que le hará la Federación en cuanto a salario y, sobre todo, en lo concerniente al rol de su representante, Pascual Lezcano, en el cuerpo técnico de la Selección Colombia. De entrada, se antoja complejo que el estratega acepte que su agente merme las funciones que tenía hasta el final del Mundial de Rusia 2018 y que se ampliaron tras Brasil 2014.  

En ese sentido no nos digamos mentiras, lo más probable es que Pékerman diga no y que la renovación se quede sin consumar, lo cual les daría a los directivos la excusa para justificar que se corte el proceso adelantado en los últimos ochos años. Una jugada maestra, sin duda, que permitiría buscar un nuevo entrenador con algo más de calma, sin tanta presión por parte de los medios y de los aficionados.  

La palabra “interesado”, dentro del comunicado publicado por la Federación Colombiana de Fútbol, solicitándole a Pékerman una reunión, fue la táctica que empleó el órgano que controla la Selección para zafarse de la responsabilidad de decidir. Una solución muy César Pastrana cuando éste era el presidente de Independiente Santa Fe.