Todo bien… hasta hoy

La famosa frase del “Pibe” Valderrama me sirve para iniciar esta columna que escribo a propósito de la manera como avanza la temporada ciclística que se reinició el 28 de julio con la Vuelta a Burgos, teniendo los reflectores encima de la carrera por lo que significaba poner en movimiento una caravana de 500 o más personas con la sombra del covid-19 campeando sobre este deporte.

Por “fortuna” en el inicio de la prueba española se presentó un momento crítico relacionado con el virus, que tuvo el manejo protocolar previsto de antemano y  el inconveniente resultó más mediático que organizativo pero sirvió para demostrar que era posible seguir con la carrera y finalizar en la forma deseada, tanto en lo deportivo como en el campo sanitario y organizativo para todos los integrantes de la caravana y para el entorno.

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Y después de Burgos, todas las demás competencias se han llevado a cabo con singular éxito- en todos los aspectos-  gracias a la aplicación estricta del protocolo universal y el concepto “burbuja” emitido por la UCI para los organizadores de carreras, equipos, ciclistas, acompañantes, periodistas y hasta el propio público.

De esta manera se ha corrido en España, Francia, Polonia e Italia, principalmente, carreras de enorme importancia por etapas y también de un día, con la presencia de los mejores equipos y corredores del mundo a cargo de las más importantes entidades organizadoras y en vísperas de la carrera más grande del mundo, el Tour de Francia. La expectativa crece exponencialmente porque aparte del resultado deportivo está el resultado sanitario del cual depende la continuidad en Europa y realización de carreras en nuestro continente y en países como Colombia, que ya tiene, igualmente, previsto un corto calendario a partir de octubre que incluye las cuatro o cinco carreras más importantes del país como el Clásico RCN, Vuelta a Colombia (hombres y mujeres), Vuelta de la Juventud y alguna carrera regional.

El Dauphiné, que se inicia este miércoles 12, será un auténtico banco de prueba o tubo de ensayo para el Tour y allí se verá, en todos los aspectos, la aplicación del protocolo a seguir por los integrantes de la caravana, sin excepción alguna. Protocolo que incluye la presentación de exámen reciente negativo para covid-19 a fin de obtener la acreditación respectiva, el distanciamiento social en  ceremonias de firma de salida y de premiación, salas de prensa, etc.

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El uso de tapabocas será obligatorio todo el tiempo para toda la caravana. En el caso  de los ciclistas solamente podrán quitárselo cuando ingresan a la zona de salida de cada etapa y utilizarlo nuevamente al concluir la jornada. Además , habrá  impedimento para entrevistas en zonas de parking de equipos en salida y llegada, lo mismo que en los hoteles de los equipos y entre éstos, respeto absoluto por la “burbuja” de cada uno de ellos.

Tal vez hoy debemos resaltar, además del resultado deportivo de cada competencia realizada hasta hoy, la ausencia total de “positivos” por covid-19, lo que además de esperanzador es la resultante del cumplimiento y responsabilidad de todos y cada uno de los sectores que hacen parte de este amplio y fascinante mundo del ciclismo.

Así las cosas, queda demostrado que el deporte del ciclismo puede realizar sus actividades a pesar de su complejidad y se convierte en un mensajero de lucha y esperanza contra el azote mundial que amenaza con paralizar. Desde aquí estaremos cruzando los dedos para que todo siga  dentro de la “ley del Pibe”, esto es, TODO BIEN, a fin de que podamos, igualmente en Colombia, ver rodando el lote por las carreteras nacionales.