Táctico, honesto y polémico

Es un técnico con condiciones, no hay duda. Dúctil, maneja varios módulos en el campo, se adapta a las condiciones del partido y exprime los mejor de sus dirigidos cuando estos se dejan. Tiene alma y carácter para imponer sus ideas, estudiadas y vueltas a estudiar semana tras semana. Así lo ha hecho desde los ochenta y su metodología siempre ha llamado la atención. 

Ya clasificó a un mundial y ha dirigido a tres selecciones nacionales. Por equipos también ha sido campeón en Colombia, Costa Rica y Perú. Su palmarés no es tan amplio, pero la manera de ver el fútbol lo acredita para para ser el reemplazo de Pékerman. No estando Rueda u Osorio, sería la primera opción de los directivos. 

Sin embargo, su forma de ser no lo deja. De pocos equipos se ha ido sin dejar sembrada la polémica, ya sea por sus declaraciones o por la forma como maneja el interior del camerino. Se adapta a las plantillas jóvenes porque no hay muchos que se atreven a refutarle, pero en nóminas con figuras, la situación termina siendo a otro precio. 

Muchas veces habla de más, reconociéndose, eso sí, que es un tipo franco, sin dobleces. Dice las cosas como son y claro, genera resquemor con sus declaraciones. Para bien o para mal, se reconoce por la sinceridad que maneja. 

Jorge Luis Pinto es un gran técnico. Estudioso, táctico y versátil. Sería el entrenador ideal para la Selección Colombia en este momento. Lo expuso en el Mundial de Brasil 2014 con Costa Rica y me hizo vibrar cuando venció a Italia, a Uruguay y se permitió  un empate frente a Inglaterra. 

A Rusia 2018 no pudo ir, en parte porque debió asumir la renovación de Honduras y eso cuesta, más allá que alcanzó el repechaje. El santandereano está sin equipo, está disponible y fue rechazado por el combinado ‘Tico’. En otras circunstancias, no habría problema para llamarlo y estudiar su contratación. 

No obstante, lástima sus maneras y la forma de tener controlados a sus dirigidos. Eso asfixia y en Colombia sí que lo saben.