Se veía tan fácil…
Siendo más que su antagonista, Junior no fue capaz de asestar el famoso "golpe de gracia"
La impresión visual y real que dejó la serie Junior contra Paranaense, fue inequívoca: que el elenco barranquillero superó a su similar brasileño en cuanto a la calidad de juego.
En el estadio Metropolitano lo pudo liquidar en el trámite, y no lo hizo. Y en el escenario de Curitiba, incluyendo el tiempo suplementario, Los ‘tiburones’ dibujaron mejor fútbol y tuvieron las opciones, incluido un penal, igual que en el Coloso de La Ciudadela, para derrotar a su rival, pero no fueron asertivos ni contundentes a la hora de definir.
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Junior fue propositivo y gestor de acciones desequilibrantes y profundas, pero, por la desesperación e imperfección de sus unidades al momento de definir, perdonó en más de una ocasión a un Paranaense disminuido y atontado frente a lo dibujado y dinamizado con la pelota por el cuadro de Comesaña.
Siendo más que su antagonista, el cuadro visitante no fue capaz de asestar el famoso “golpe de gracia”, así de sencillo. Y dejó escapar un inmejorable pasaje histórico que lo hubiera situado en el pedestal continental. Al final de cuentas, la ineficacia no le permitió quedarse con “la otra mitad de la gloria”. Y, pensar que, se veía tan fácil...