Santiago Giraldo

Vamos a hablar del tenista colombiano que más lejos ha llegado en el ranking de la ATP (28 en septiembre de 2.014), el pereirano Santiago Giraldo.

En un país de futbolistas y ciclistas, el tenis es un deporte que la gente no termina de entender. La cultura tenística todavía no tiene los cimientos necesarios para argumentar que esta es una discplina esencialmente de perdedores. Todas las semanas arrancan 32 o 64 jugadores y solamente uno es campeón el domingo, cosa que se repite a lo largo del año. Así las cosas, el caso de Giraldo no es fácil de entender.

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Finalista del Conde Godó en 2014, ha sido verdugo de tenistas de la talla de Andy Murray, Jo Wilfred Tsonga y top 100 durante varios años, además de líder espiritual y deportivo del equipo nacional de Copa Davis, al que llevó a las finales de Madrid este año, equivalente al grupo mundial. Sin embargo, Giraldo no hace parte del selecto club del top 100, lugar al que lo llevó su talento, desde mediados de 2017.

Giraldo tiene una personalidad especial. Es un buen tipo, alegre, perfeccionista y temperamental. Tal vez las permanentes frustraciones que sufren los perfeccionistas fueron llevándolo poco a poco a tomar un camino espiritual diferente, que consiste en viajar hacia adentro, para reencontrarse con el ser esencial que todos llevamos dentro. Ciertamente, hoy vemos a un Giraldo más tranquilo, satisfecho y su gesto transmite algo de paz interior. Sin duda este puede ser el mejor resultado de su carrera, es algo digno de emular.

Pero todos los procesos son imperfectos y la vida misma nos pone a todos en nuestro lugar. Este viaje interior que tantos dividendos parece haberle aportado a su vida, ha coincidido con una baja en su rendimiento deportivo. Así es la vida de un tenista de alto rendimiento en una disciplina en la que lo mental es fundamental y cruel. El caso es que ya son dos años desde su reacondicionamiento espiritual sin que el actual ránking coincida con sus capacidades, ampliamente demostradas en el pasado. Desde hace unos meses está más cerca del puesto 300 que del 200. Volver al top 100 es casi una utopía.

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A Giraldo nadie le quita lo bailado. Está en su derecho de querer volver a la élite y trabajar para ello. Pero está en él dar un paso al costado del equipo de Copa Davis mientras eso sucede. Si bien Giraldo y sus amigos tomaron el equipo cuando prácticamente no existía y lo llevaron a la élite, hoy no está en condiciones de competir, todos lo vimos jugar contra Darcis en Madrid. En estas circunstancias también se conoce la grandeza de las personas. ‘Santi’ ha demostrado serlo en muchas oportunidades. Ojalá no sea inferior en esta.