Regresó el Embajador de la India

Hace aproximadamente dos meses o más, no recuerdo bien, el Presidente de la Dimayor Jorge Enrique Vélez, anunció con bombos y platillos que el fútbol colombiano había sido adquirido por un consorcio llamado Pudren Corporate Financie, por una suma cercana a los 60 millones de dólares por los próximos 10 años.

La noticia se regó como pólvora. La cantidad de dinero era apreciable y salvaría a más de un equipo de una segura crisis económica por la que atraviesan desde hace varios años. Era la noticia esperada y todos se frotaron las manos, el salvavidas había llegado.

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Algunos, no todos comenzaron a pensar en inversiones futuras, como cuando usted o yo esperamos un dinero y nos adelantamos a comprar cosas que necesitamos, porque sabemos con seguridad nos va a llegar y finalmente no aparece. Conclusión, quedamos más endeudados que antes, así están algunos clubes.

Cuentan quienes saben y nos han pasado el dato que dicha firma tendría que haber desembolsado un primer abono a comienzos de este mes para repartirlo inmediatamente entre los equipos. La plata no llegó y hoy casi terminando el mes, con dos plazos más, tampoco aparece y la situación se torna preocupante.

Dentro de la entidad se preguntan que podría pasar si ese dinero no llega y cuál podría ser el futuro del Presidente de la entidad, que no deja de ser un empleado de una asamblea que es soberana de removerlo cuando lo crea necesario.

Los presidentes esperan el regreso de Vélez para citar a una asamblea de carácter extraordinario y pedirle una explicación sobre este tema, incluso he conocido que si dichas explicaciones no son satisfactorias, en la misma reunión le podrían retirar el respaldo y por consiguiente tendría que renunciar.

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Este sería un desacierto mas, dentro de la larga cadena de errores cometidos por el Presidente de la entidad que llegó casi por aclamación total y hoy ve como su reinado se va desmoronando por decisiones políticas e intereses de unos en contra de otros.

Nadie aparece, nadie da la cara, nadie explica nada. Ni por parte de la Dimayor y mucho menos por los supuestos inversionistas que iban a vender el fútbol colombiano a no sé cuántos países de varios continentes.

No sé porque me acorde de la película El Embajador de la India, que hace varias décadas llegó a Neiva y se burló de toda una ciudad y se fue después de disfrutar de los manjares, las viandas y las atenciones de los siempre atentos huilenses. Ojalá no se le haya aparecido a la Dimayor otro Embajador de la India 55 años después.