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Dayro Moreno - Atlético Nacional
Dayro Moreno supera una entrada rastrera de un defensor del Deportes Tolima. Aquella final fue otro capítulo decepcionante en el lapso de Dayro Moreno con Atlético Nacional.
Foto: Colprensa

¿Qué pasa con Atlético Nacional?

El rendimiento ‘Verdolaga’ ha decrecido y el proyecto Almirón comienza a dejar dudas

Un amigo me decía que Jorge Almirón no era tan buen entrenador como parecía y siempre citaba como ejemplo la actuación del árbitro colombiano Wilmar Roldán en el partido de Copa Libertadores entre Lanús y River Plate, y cómo el equipo ‘granate’ eliminó a los ‘millonarios’, con poco juego y, según él, con mucha suerte.

Sin embargo, yo sigo confiando en el proceso que Jorge Almirón está desarrollando con Atlético Nacional; me gusta la propuesta de verticalidad ofensiva, de presión alta y media que pregona, y la solvencia para salir jugando desde el fondo, incluso, con el portero.

Me seduce ver un equipo que siempre salga a proponer como lo hace Nacional y aborrezco esa doctrina anti fútbol de especular y aguantar hasta que el contrario cometa un error; ambas posturas son válidas y legítimas, tal como mi derecho a despreciar o valorar una u otra.

No obstante, el Nacional de Almirón no termina de convencer y con el paso del tiempo, es más notoria la involución exhibida que las bondades de su modelo y su estrategia.

Luego de la derrota ante el Deportes Tolima en la final del semestre pasado, algunas fallas y defectos en el funcionamiento ‘Verdolaga’ se revelaron, más allá de que hubiesen estado ocultos y matizados por los resultados y el prolongado invicto que ostentó el equipo hasta la resolución del título.

Con lo visto en la pretemporada y la caída, otra vez, ante su más reciente verdugo, el decreciente rendimiento de Nacional se acentuó y les arrancó la venda a los aficionados más creyentes y, ahora, el optimismo se está contaminando con la duda.

Insisto, el estilo de juego que desea Jorge Almirón para Nacional es atractivo, pero quizá el problema radique en los intérpretes que tiene a su disposición y a la política de contrataciones que alimenta la nómina del club con jugadores de las mismas características de quienes ya están y no han funcionado.

Fernando Monetti, sin ejercer la más tenue sombra sobre la figura de Franco Armani, es un portero de garantías y de buen nivel, pero lo sucedido en la final lo dejó expuesto y la suspensión que está purgando se convirtió en un problema que recrudeció con la falta de competencia de Christian Vargas, quien a mi juicio, desde hace mucho merece una oportunidad más sólida.

La defensa de Nacional se ve vulnerada por sus propias desconcentraciones y, porque con la función ofensiva de sus laterales, los centrales carecen de respaldo y casi siempre están enfrentando en desventaja duelos individuales.

Jorman Campuzano es un exquisito volante de primera línea, aunque el ancho del campo le cobra factura porque, pese a la calidad técnica de Gonzalo Castellani y Juan Pablo Ramírez, la lentitud de estos últimos perjudica su labor de marca y el equipo pierde filtro. Es necesaria la recuperación de Aldo Ramírez o Daniel Bocanegra para contar con un jugador de mayor versatilidad.

En ataque Nacional aburre, es anodino y parsimonioso; sus extremos carecen de rebeldía y siempre está atados a un libreto, el armador del equipo resulta ser Alexis Henríquez con una estudiada y predecible fórmula - lanzamiento en largo cruzado para el ‘9’ o un extremo’-  para desahogar al equipo.

La posesión de la pelota es insulsa porque va de un lado a otro sin profundidad ni veneno; todos los mediocampistas ‘Verdolagas’ son dueños de una prodigiosa técnica, pero quedaron huérfanos de la magia y el talento que Macnelly Torres les brindaba para asistir y clarificar el juego, así el barranquillero caminara en ocasiones la cancha.

Por último, el más angustiante e influyente conflicto para Nacional es su falta de gol, que lidia con la descendente efectividad de Dayro Moreno. El goleador mantiene vigente su técnica, pero no su puntería y se acostumbró a esperar el penal para poder aportar su necesaria cuota de gol.

El semestre apenas comienza, pero Atlético Nacional tiene la obligación de ser campeón de liga y sostener su prestigio internacional en la Copa Libertadores.

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Antena 2
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