Palau en la pista

El proyecto de reforma a la ley del deporte presentado por el Gobierno Nacional que inició su curso en el Congreso de la República indiscutiblemente era necesario y ahora será fundamental un debate juicioso con amplia participación de los diferentes actores para la toma de decisiones finales, para que no resulte un canto a la bandera y realmente se convierta en una carta de navegación profunda que recoja el presente y proyecte el futuro del deporte de nuestro país, entendiendo que la actual ya estaba anacrónica, desactualizada de la realidad del deporte moderno y ante todo lejos del desarrollo que ha tenido el país en esta materia y lejos de ser la legislación que permita articular el sector.

Desde elogios en algunos puntos de la propuesta gubernamental, pasando por severas críticas, hasta pedirse que se retire por no contener en su articulado lo suficiente para darle una modernidad al desarrollo deportivo nacional e incluso se ha calificado de anticonstitucional en los primeros test.

¿Qué tanto se socializó y qué tanta participación tuvieron los directos involucrados en la elaboración de este proyecto?

Cuánta importancia le darán los congresistas a este proyecto en medio de una agenda parlamentaria bien agitada y pareciera ante todo ahogada y presionada por la reforma tributaria como prioridad.

Son algunas de las preguntas que caben esperando tengan las respuestas más favorables para bien de quienes estamos en estas lides del deporte.

El proyecto está en el Senado, tiene ponentes e iniciará muy seguramente la próxima semana sus debates en comisiones 7as de Senado y Cámara para luego ir a plenarias, esperándose, según la Viceministra que para el mes de JULIO todo este consumado y tengamos una nueva ley.

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Todos queremos lo mejor, todos necesitamos una nueva ley sin duda y entre esas cosas Ojalá el gobierno como promotor de esta reforma logre acabar

Por lo menos con contradicciones existentes al interior del mismo gobierno para el avance deportivo nacional.

Incluir una transversalidad que articule y comprometa a los directos responsables desde el gobierno mismo ya sería una gran ganancia.

El país no puede resistir más, que mientras el ministerio del deporte (Gobierno Nacional invierta dinero para los juegos intercolegiados), el primero en poner trabas para el fácil desarrollo del evento sea el ministerio de educación (también gobierno).

No se resiste ni se puede entender que cuando todos hablamos del deporte como salud el que menos haya mostrado interés históricamente en el deporte sea el Ministerio de Salud, (o cuándo usted ha visto al Min.Salud interesado en el tema, me ayudan con ejemplos que a lo mejor se me pasan) o que en un mundo en que todo está ligado al medio ambiente esta cartera no tenga ninguna relación en Colombia con el tema.

El deporte como generador de empleo, como motor de desarrollo económico hoy no está medido por el DANE, (al menos las cifras no se conocen) el deporte siendo toda una gran industria, es lo menos importante hoy para todos los anteriores y por lo tanto, no estemos medidos, no sabemos que representamos no sabemos que somos en el PIB y nos quedamos en las muy vitales e importantes emociones y nos quedamos sin cifras que nos digan una mayor y clara realidad.

El turismo es vital dentro del renglón deporte como industria y por ello el Ministerio de Comercio Industria y Turismo también tendría que entrar en esa transversalidad.

El deporte en su desarrollo cada día está más ligado a las tecnologías de las comunicaciones y por lo tanto al final todos estos soportes del Gobierno Nacional tendrían que llegar de alguna manera a hacer parte y quedar comprometidos con el apoyo directo.

Ojalá esta sea una ley que dé seguridad a los recursos estatales de una mejor manera y mayores garantías al sector privado en la inversión al deporte.

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Un congresista enfatizó; “en el deporte nos consideramos de segunda y nos tratan de tercera”, ojalá esto no pase en la nueva Ley del Deporte.

Ojalá esta sea una ley incluyente de los numerosos actores de la sociedad y democratice mucho más el deporte.

Que no sea una nueva reforma para seguir en la línea de las ya once reformas que ha tenido la ley que data de 1995 y cada vez se crean más y más leyes para el deporte sin lograr darle una moderna carta legal y práctica al desarrollo del deporte nacional, para muestra un botón:

La ley del entrenador que se firmó el año pasado y que al final poco garantiza a los entrenadores, “mirado por ejemplo desde la simpleza de la contratación” en un país en el que sus contratos son por 8 - 9 o 10 meses y tienen que trabajar todo el año por la disciplina misma a sus dirigidos.

Para qué una ley del entrenador por separado, por qué no se pensó en incluirlos claramente en la ley del deporte y desde allí reglamentar esta fundamental profesión.

Somos de impulsos, nos desgastamos.

Bienvenida la reforma a la ley deporte, si no termina siendo aprobada a ‘pupitrazo’, por salir del paso con los compromisos de congresistas con el gobierno, bienvenida si se hace con juicio, la base tiene cosas valiosas pero muchas otras que ameritan una profunda revisión… vital que estén acompañados de la mejor manera los Padres de la Patria y al final hagan un bien al deporte y no se equivoquen para que dentro de unos pocos años volvamos a los remiendos.

Por ahora será vital una participación de entidades como el comité olímpico colombiano, la academia, la educación física y naturalmente el ministerio del deporte para que se fortalezca el proceso y salven puntos vitales por un lado y se reestructuren otros por el otro lado.

En nuestras consultas con expertos nos queda claro que al proyecto hay cosas que ajustarle, como en todo proyecto lo presentado no recoge la totalidad del sentir y la necesidad presente y futura.