ÓSCAR GÓMEZ DOMÍNGUEZ (Q.E.P.D.)

En  un día como hoy no resulta fácil escribir, al enterarnos de la partida de un ser querido en nuestro núcleo familiar o de un personaje que llenó gran parte de nuestras vidas desde diversos ángulos. Me refiero a ÓSCAR GÓMEZ DOMÍNGUEZ, cuyo fallecimiento este martes en la ciudad de Medellín arruga el corazón y  produce sentimientos de tristeza ante el enorme vacío que nos deja en el campo empresarial  y en el campo del deporte de nuestro país.

Quiero recordar en este escrito a ÓSCAR GÓMEZ DOMÍNGUEZ y sus hermanos Jairo y René, como la columna vertebral de la ORGANIZACIÓN EMPRESARIAL ARDILA LULLE a la que conocí e ingresé  en una de sus empresas  (RCN-Radio), finalizando los años 70 como un motivo de orgullo personal y profesional aún vigente.

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Voy a tomarme el atrevimiento de escribir y hablar en nombre de mis compañeros de trabajo y también en el de tantos deportistas y deportes que seguramente se vieron beneficiados con las decisiones empresariales de ÓSCAR GÓMEZ DOMÍNGUEZ, quien además significó siempre la espontaneidad, aprecio y respeto hacia sus semejantes, así como la sabiduría y determinación para conducir con mente brillante y manos maestras las empresas y responsabilidades que desempeñó al más alto nivel.

La empresa privada, el deporte colombiano en general y el ciclismo en particular, pierden a uno de su más efectivos propulsores en la época cuando nuestro país necesitaba de hombres como él, visionarios y capaces de apostar por el futuro de la sociedad a la que pertenecemos, con sus decisiones en los escritorios donde tanto progreso y logros se decidieron en favor de nuestra juventud, a través del deporte.

No es posible en pocas palabras resumir la vida y ejecutorias de ÓSCAR GÓMEZ, pero quiero en su honor referirme especialmente a una de ellas, llevada a cabo en el año 1980 cuando aprobó el VIAJE DEL EQUIPO COLOMBIANO AL TOUR  DEL AVENIR, que habría de partir en dos la historia del ciclismo colombiano, equipo patrocinado en su totalidad por Freskola, uno de los productos bandera de Postobón en esa época,  consiguiendo el triunfo que hoy nos permite vivir el ‘Dorado’ del ciclismo colombiano, uniendo posteriormente a esta victoria otras tantas y en tantos deportes que siguen trayendo inmensos e invaluables beneficios a nuestro deporte y al país.

Con la partida de ÓSCAR GÓMEZ DOMÍNGUEZ, nos queda el recuerdo de un hombre cuyo principal legado es el deseo de hacer el bien y promover los mejores valores para nuestra sociedad desde las altas responsabilidades. Ayer se ha extinguido su enorme vitalidad y estoicismo para soportar las adversidades. Ya no tendremos más su conocimiento profundo de las actividades empresariales y deportivas, pero guardaremos siempre el más grande sentimiento de gratitud y reconocimiento por el privilegio de haber contado con su amistad, experiencia y orientación profesional y personal.

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Seguiremos honrando su memoria y lo recordaremos cada vez que un ciclista o deportista colombiano alce los brazos en señal de victoria, pero hoy tenemos dolorosamente que aceptar la realidad de la vida y la determinación del Todopoderoso.

A don JAIRO Y RENÉ GÓMEZ, así como a todo su entorno familiar empresarial y deportivo, me resta solamente presentar a la distancia nuestras condolencias, enviando un abrazo de solidaridad y elevando igualmente una oración porque haya paz en la tumba de ÓSCAR GÓMEZ DOMÍNGUEZ.