Murray el incansable

“No se trata de la manera en que ganas, se trata de la forma en que eres capaz de volver bien cuando estás abajo”: Serena Williams.

La historia dirá que el único jugador capaz de ser número uno en tiempos de Federer, Djokovic y Nadal fue Andy Murray. Quizás menos carismático, el escocés nunca les perdió pisada hasta que su cadera lo obligó a retirarse por un buen tiempo.

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En los últimos dos años soportó dos operaciones, una de ellas incluyó trasplante. En esas circunstancias, después de haber asegurado su vida y la de sus generaciones venideras, cualquiera que tuviera su vitrina poblada de 45 trofeos como campeón de títulos ATP, incluidos dos Wimbledon y un US Open, se hubiera retirado. El británico ciertamente no tiene que demostrarle nada a nadie.

Pero Murray sigue aferrado al amor por su oficio. Hace un par de meses retornó, jugó torneos de menor nivel en donde la cosa no salía como él quería. Lo rescatable, decía,  es que competía sin dolor. Fue avanzando poco a poco, recuperó la confianza perdida y el domingo pasado gritó campeón en el ATP 250 de Amberes en Bélgica, tras vencer a otro gladiador de mil batallas, Stan Wawrinka.

Hay algunos seres humanos, muy pocos, por eso son especiales, capaces de sacar esa fuerza interior necesaria para mantener el espíritu ganador aun cuando ya no es cuestión de vida o muerte, ni de honor ni de nada que tenga que ver con el ego. Es simplemente eso, fuerza interior.

Los textos de sicología deportiva y las teorías de los especialistas en superación personal están saturadas de las mismas palabras: resiliencia, mantenerse positivo, valorar al igual errores que virtudes, olvidarse de las marcas conseguidas, mantenerse en tiempo presente, mantener la competitividad, etc. El manual está escrito pero a casi nadie lo puede poner en práctica.

Es verdad, todo está en la mente. Pero seguirá siendo  un misterio la razón por la cual solo un puñado de personas en todas las actividades de la vida son capaces de interpretar el manual exitosamente. Andy Murray es uno de ellos. El del domingo es un título menor en cuanto a puntaje pero sin duda es uno de los más importantes de su carrera. Todo un ejemplo para nosotros los mortales.