Luis Díaz se tuvo que resignar

Nada pudo hacer Luis Diaz en la final de la Champions League. Actuó 64 minutos y se presagiaba que sería el primer cambio como efectivamente ocurrió. Fue relevado por Diego Jota que tampoco fue solución.

La explicación no pasa por defenestrar al atacante guajiro como lamentablemente se viene presentando en varios medios nacionales de la loca Colombia. La poca o ninguna trascendencia de Díaz tiene ver en gran medida a la férrea marca a la que fue sometido por parte de Dani Carvajal que se le pegó desde el comienzo, lo anticipó, le peleó todos los balones para buscar controlarlo, objetivo que cumplió a la perfección teniendo colaboración de sus compañeros, especialmente del uruguayo Valverde. Misión cumplida y Díaz pasó inédito en tan importante partido que, para colmo, terminó perdiendo el Liverpool a pesar de los esfuerzos titánicos de Mohamed Salah y Sadio Mané quienes tampoco pudieron superar a Thibaut Courtois, la gran figura que nos dejó la final de Saint Denis.

Real Madrid vuelve a ganar la Champions League con suficientes méritos porque tuvo jornadas épicas en Octavos frente al PSG que lo tuvo durante 168 de los 180 minutos de juego por fuera antes que apareciera el triplete de Benzemá. En Semifinales, el Manchester City lo tuvo eliminado 178 minutos. Los blancos salvaron su clasificación en tiempo de reposición.

Jornadas épicas que el club madridista sigue estampando en su rica historia de éxitos como hace poco en la liga española cuando pudo de atrás hacia adelante remontar dos veces ante el Elche, una contra Valencia y otra ante el Sevilla.

En la final del sábado 28 de mayo, Liverpool partía ligeramente favorito para las casas de apuestas y en la cancha el equipo de Jürgen Klopp asumió el protagonismo ante un Madrid cauteloso, dispuesto a cerrar su propio arco de por si magníficamente custodiado por Thibaut Courtois.

La máxima concentración defensiva, el orden y la solidaridad brillaron entre los dirigidos por Carlo Ancelotti. Defender con muchos hombres y, ocasionalmente, buscar el arco de enfrente fue la consigna desplegada de principio. El gol decisivo llegaría a los 59 minutos en jugada colectiva con sello final suramericano: Remate al arco del uruguayo Valverde que le salió centro y remate del brasileño Vinicius Junior.

Lo que siguió fue más control, vigilancia y un portero inigualable. La orejona se la llevaron los madridistas, gozan, celebran y ya están pensando en la número 15. Es un club ávido de gloria que permanecerá indeleble a través de la historia. 

Luis Diaz jugó su primera final de Champions con el club que le abrió las puertas, tuvo que resignar enfrentando al más gigante al que ni él ni sus compañeros pudieron derribar.