Los superatletas

Aunque la historia del deporte se remonta a épocas milenarias , el hombre y la mujer que se dedicaron a cultivar las diversas modalidades en los tiempos modernos de la actividad física, han venido, desde hace más de cien años, evolucionando de tal manera que, la capacidad infinita de que dispone el cuerpo humano  para responder al  postulados olímpicos Altius, Citius, Fortius, se aplica cada vez de tal manera que no deja de asombrar por la capacidad de ese organismo para superar límites que rayan en lo imposible y hasta en lo increíble.

Para fortuna nuestra, hemos podido asistir, especialmente a partir de los Juegos Olímpicos de 1968, a la aparición del atleta  cuyos logros en la pista, piscina, coliseo, carretera, etc, se convirtieron en referencia, objetivo y hasta obsesión por parte de ejércitos enteros de científicos, entrenadores, profesores e investigadores designados por las potencias mundiales que encontraron en el deporte un arma política y social para competir y confrontar en la búsqueda de la superioridad y la perfección.

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Tal vez desde entonces hemos estado inmersos en la búsqueda del súper atleta y lo hemos venido encontrando esporádicamente en cada cita olímpica o mundial para asombrarnos cada vez más con una marca, pero igualmente para preguntarnos quién, cómo y cuándo será superada.

Eso fue lo que pasó con Bob Beamon en los Juegos Olímpicos de 1968 y sus 8.90 en el salto largo, o los 100 metros de Jim Haines en menos de 10 segundos, sin contar con marcas de ensueño como el “10” en Gimnasia Olímpica de Nadia Comaneci o las medallas y récords acumulados por Mark Spitz y Michael Phelps en las piscinas olímpicas. Así, sucesivamente en cada modalidad y cita deportiva, hemos sido testigos de tantas hazañas que hoy resultan innumerables.

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Se ha llegado a límites tan insospechados en el deporte que recientemente me he referido a la marca conseguida en la maratón  por quien corrió los 42.19 kilómetros  en menos de dos horas (1hora 59minutos 40 segundos) y ahora registramos otra marca fabulosa en el ciclismo por parte del italiano Filippo Ganna  en una distancia clásica como la de los 4.000 metros Persecución individual  con un impresionante crono de 4.min.2 seg. 625 milésimas que lo acerca irremediablemente a convertirse en el primer hombre en derribar el infranqueable muro  de los 4 minutos, lo que debería suceder en los 2 próximos años para sumarlo al kilómetro en menos de 1 minuto ,  los 4.000 mts por equipos en menos de los 4 minutos y los 50 kilómetros por hora en las cronos individuales en carretera.

De este modo, vamos andando por la vida de la mano, con la aparición del ansiado súper atleta, producto de toda una serie de avances en diversos campos para lograr convertirlo en una máquina capaz de responder como un robot a las más altas exigencias a las que puede someterse el organismo del ser humano. Seguiremos registrando la caída de los actuales récords,  para responder a la máxima del deporte, según la cual “las marcas están  para superarlas”, lo que hoy sigue y seguirá siendo una  palpable realidad.