La vuelta a la vida

Aparte de los resultados deportivos, una de las noticias más impactantes de la Vuelta a España fue el grave accidente sufrido por el  campeón colombiano Rigoberto Urán, cuyas consecuencias todavía siguen encontrándose (fractura de vértebras cervical), además de otras fracturas de clavícula, costillas y pulmón perforado y que llegaron a poner en riesgo la vida y la integridad del ciclista.
 
Las caídas hacen parte de la cotidianidad del ciclismo, pero tal vez pocos de los seguidores de este deporte tiene conciencia de la fragilidad del pedalista de alta competencia y del peligro inminente en que se encuentra desde que inicia hasta que termina una carrera, o también un entrenamiento.

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Muchas vidas se han perdido en competencias ciclísticas y sólo cuando esto sucede, o se presentan accidentes como los de Rigoberto, nos damos cuenta de lo que significa la capacidad y el valor que exhiben los hombres y mujeres que abrazan este deporte como profesión.
 
Lesiones permanentes, intervenciones quirúrgicas, largos períodos de recuperación, enormes dificultades para retornar al nivel competitivo, son entre otras las secuelas de una caída o accidente que a veces pasan desapercibidas  o se minimizan de tal manera que no reflejan la real gravedad.

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Hoy tenemos que agradecer y alegrarnos con el éxito de la intervención a que fue sometido Urán. Esperemos que pueda seguir un proceso de rehabilitación que le permita volver el año próximo a las carreteras del mundo con la serenidad que el ciclista víctima de una caída solo encuentra cuando vuelve a montar su bicicleta.