La salida fácil

Desde hace varios meses, Atlético Nacional y la Selección Colombia presentan una lamentable coincidencia en cuanto a las decisiones de sus dirigentes y en relación con el futuro próximo de ambas instituciones.

Los ‘Verdolagas’ han presentado el rendimiento más irregular del último lustro en el 2018, con determinaciones controversiales y cambios bruscos en su cuerpo técnico, que han derivado en una serie de malos resultados que mancillaron el prestigio nacional e internacional que se construyó bajo la batuta de Juan Carlos Osorio y Reinaldo Rueda.

Lo sorprendente en este caso, es que la cúpula dirigencial del ‘Rey de Copas’ haya dilatado tanto el nombramiento del nuevo entrenador, tras la salida de Jorge Almirón.

Un equipo grande como Nacional requiere planeación y enfoque con proyectos a largo plazo encaminados a conquistar títulos internacionales, por eso era primordial que el sucesor del técnico argentino contara con un lapso considerable para trabajar y visualizar qué necesita para afrontar el 2019.

Sin embargo, da la impresión de que al interior del cuadro verde están especulando con los resultados que pueda tener el equipo bajo el interinato de Hernán Darío Herrera para que él permanezca en el cargo. La final de la Copa Águila y un eventual paso a los playoffs de la liga pueden ser una cortina de humo que oculte los verdaderos problemas de Nacional y apunten a otro fracaso internacional.

La escuadra dirigida por el ‘Arriero’ no juega bien, es un elenco plano y con pocas variantes que, en Colombia, puede ganar por el peso específico de su camiseta y la jerarquía individual de algunos jugadores, lo cual no puede ocultar el hecho de que Herrera carece de perfil internacional y que la nómina requiere una trasformación rigurosa de cara a los retos continentales del 2019.

La decisión de ratificar a Herrera como técnico de Nacional sería desacertada, pero teniendo en cuenta los candidatos de bajo perfil y escasa gloria internacional que han sonado para dirigirlo, es preferible que el encargado pase a ser el timonel en propiedad. Al menos es de la casa y conoce el medio.

En contraste, la Selección Colombia ha gozado de un buen juego y de resultados en la ‘Era’ post Pékerman con la dirección de Arturo Reyes, situación que también se estaría analizando por la Federación Colombiana de Fútbol.

Pese a que el combinado nacional sí arrojó buenas sensaciones, en cuanto a resultados y a juego, esa circunstancia no puede ser factor de obnubilación a la hora de elegir al nuevo estratega. A Reyes hay que darle su espacio y lugar para que crezca y sea una apuesta a futuro, y no como un zircón que alquímicamente se transforme en un diamante.

Que no se repita la experiencia de Eduardo Lara, quien luego de su éxito con las categorías juveniles fracasó rotundamente con la Selección Mayor debido a la improvisación de la FCF.

Pero, como en el caso de Nacional, si se profundiza en las alternativas existentes para ejercer como nuevo adiestrador de la ‘Tricolor’, resultaría preferible posesionar a Arturo Reyes.

Según los cotilleos de aquellos que se ufanan de tener línea directa con los federativos colombianos, Néstor Lorenzo está en la baraja, como continuidad del error, las cometas y el conformismo que rodeó el pasado ciclo de la selección.

Si a través de la improvisación se quiere perpetuar la mediocridad, es mejor apostar por lo que ya hay en casa. La salida fácil, económica e inmediatista; tal y como les gusta a los dirigentes en Colombia.