La hora de la pista

Históricamente, y desde 1950, el ciclismo en pista colombiano ha marcado el derrotero en la consecución de toda clase de títulos, medallas y distinciones paraesta modalidad, comenzando  desde entonces una interminable colección cuando ni siquiera se había construido el primer velódromo en Colombia y un equipo de 4.000 mts. improvisado a último minuto se alzó con la medalla de oro en los  Juegos Centroamericanos de Guatemala derrotando a Cuba.

Vea también: Pogacar destaca su objetivo real en el UAE Tour y analiza la carrera

Sin embargo, la atención y tratamiento brindado a esta disciplina ha estado casi siempre marcado por el desinterés, olvido, desgreño, desatención a todos los niveles y ha podido finalmente sobrevivir gracias al esfuerzo y determinación de individualidades con el propio ciclista, uno que otro entrenador, algún dirigente de Federación (Ettore San Giovanni y Jorge Ovidio Gonzáles), así como los  esfuerzos de una empresa gubernamental (Coldeportes  ahora Ministerio del Deporte) y otra privada como POSTOBÓN  que en los años 80 quiso remediar esta situación. Sin embargo, dicho empeño quedó trunco en virtud de una serie de aspectos que produjeron el frenazo al ambicioso proyecto.

A pesar de todo, la historia está ahí para mostrar los resultados del talento natural del colombiano –hombres y mujeres- para el ciclismo y para esta disciplina,  con la cantidad de títulos y medallas en campeonatos mundiales, panamericanos, centroamericanos, bolivarianos y Juegos Olímpicos, conseguidos desde Efraín Forero, Efraín Rozo, Alfonso Tarquino y el capi Ortiz , pasando por Cochise Rodríguez, Papaya Vanegas, Balbino Jaramillo, Efraín Domínguez, Fernando Gaviria, Edwin Ávila , María Luisa Calle,  hasta Fabián Puerta y actualmente Martha Bayona y Kevin Quintero, los más recientes abanderados del esfuerzo realizado en los  ocho velódromos colombianos, especialmente Medellín y Cali, para sobresalir también en las pistas del mundo, emulando lo que sucede en la ruta, con la orientación originada desde  Hernán Herrón, Jaime Cuartas, Claudio Costa, hasta Absalón Rincón, Julián Velásquez, John Jaime Gonzales, secundados todos, en mayor o menor proporción, por las empresas y entidades mencionadas.  

Le puede interesar: Egan Bernal tendrá a un fuerte rival en la disputa del Giro de Italia

La realidad es que, hasta hoy, solamente el Programa Postobón y ahora el PAD (Programa avanzado de Desarrollo), promovido por el Ministerio del Deporte, hacen justicia con lo que ha debido ser desde siempre un proceso de orden administrativo, técnico, científico (Nacional y regional) dirigido  por la Federación y apoyado por entes privados o gubernamentales.

En buen momento, el ministro Ernesto Lucena aceptó el programa propuesto por la FCC para redimir esta modalidad del ciclismo, venida a menos en los últimos 5 años, luego de haber descollado a una gran nivel en diversas modalidades tanto individuales como colectivas y verse hoy reducida a dos nombres (Bayona y Quintero) que siguen haciendo recordar lo que un día fuimos y hoy ya no somos.

Un masivo proceso de detección de talentos a nivel nacional, el aporte de la ciencia y la tecnología en la Escuela Nacional del Deporte en Cali, más un riguroso programa de campos de entrenamiento y selección para elegir los mejores 40 y seguir un programa dirigido a los Juegos Olímpicos de París 24 y Los Ángeles 28, nos indican que este es el ÚNICO CAMINO para preservar lo conseguido y permanecer en lo más alto de esta clase de ciclismo.

Por lo anterior, pareciera que finalmente AL CICLISMO EN PISTA LE LLEGÓ SU HORA, pero lo  deseable es que este ambicioso programa asegure de alguna manera su CONTINUIDAD y no termine cuando venga el cambio de gobierno o de ministro y hasta ahí llegue la voluntad y decisión  del ministro que ha demostrado tener  el conocimiento y determinación suficientes para entender que solo así es posible hablar de ALTA COMPETENCIA en este y en todos los deportes.