Hagan sus apuestas

A pesar del historial individual y los números que logran en conjunto,  todavía hay mucha expectativa de lo que el encuentro entre Tiger Woods y Phil Mickelson pueda ofrecer el próximo 23 de noviembre en Las Vegas, el día después del Acción de Gracias norteamericano. Y las dudas surgen por el carácter que tiene de ser un amistoso, por fuera de un campeonato regular, por el nivel de los dos contendores  - que en la Copa Ryder de París pasaron con más pena que con gloria - y porque ya no son los archirivales sobre los que se construyeron tantas historias en los medios de comunicación. A ello se le puede sumar que más allá de que uno de los dos se lleve los $9 millones de dólares, ambos van a ganar una suma millonaria por las apuestas, incluso las que hay entre ellos mismos.

El show ya comenzó y HBO hizo su primer programa de preámbulo del encuentro, en el promocionado formato de 7x24 de seguimiento a los dos jugadores. El tema no ha resultado demasiado cautivador y deja ver a dos amigos que conversan animadamente en los entrenamientos y a un Phil Mickelson más picante que Tiger Woods, quien se ve menos cómodo con los micrófonos instalados en las talegas que llevan sus caddies y mucho más serio en su conversación; como con poco interés de hacer espectáculo.

La idea de realizar el partido único llevaba ya tiempo cocinándose pero no fue hasta que Phil ganó en México y Tiger en Giorgia -ambos en este año-  que se logró cristalizar, pues un lustro sin ganar nada era poco menos que atractivo. Volver a ganar demuestra que siguen siendo ellos mismos, que, como lo dije en mi columna anterior, a pesar de sus años y de que no estén entre los diez primeros lugares del ranking mundial, el espectáculo de ver a dos hombres que suman 19 grandes torneos y en total 123 victorias en el PGA Tour es prometedor y hace prever que puede ser muy entretenido. De la parte técnica de ambos jugadores no hay ni qué hablar; el juego corto de Phil es de los mejores de todos los tiempos y enfrente suyo tiene al mejor de tee a green. 

Bien lo dijo un productor de televisión y famoso agente de estrellas estadounidense: ´las super estrellas nunca desaparecen, sólo hibernan por un tiempo´. Es decir que lo que vamos a ver el próximo viernes es a dos super estrellas que hibernaron por cinco años, pero que ahora han vuelto a mostrar de lo que son capaces.

Los números de ambos - dos jugadores que están activos y que tienen aún una larga carrera por recorrer- lo dicen todo. Tiger ganó este año su torneo numero 80, mientras que Phil obtuvo el número 43, casi la mitad que su contendor. Woods tiene en su haber 14 grandes torneos, el mejor registro de todos los jugadores activos en el planeta y únicamente superado por Jack Nicklaus en la historia de este deporte. Mickelson tiene solamente cinco grandes, pero ha ganado tres veces en el más importante: Augusta. El único que le ha sido esquivo es el Abierto de los Estados Unidos. Esto parece ser más por una suerte de circunstancia extraña - de esas que depara lo que llaman el destino -  que por su capacidad, porque, no obstante, ha sido subcampeón en seis ocasiones. 

Los torneos en que más le ha rendido a Tiger Woods son El Arnold Palmer Invitacional y el Bridgestone Invitacional, los cuales ha ganado en ocho ocasiones. Para Phil Mickelson, en el que más a gusto se ha sentido es en el AT&T Pro-Am, que ha ganado en cuatro oportunidades.  Ninguno de los dos ha ganado esos torneos en los últimos cinco años.

A lo largo de 20 años, les ha tocado jugar juntos los 18 hoyos en 37 ocasiones. La más reciente fue en mayo de este año en el Players. La primera vez que caminaron juntos por un campo hicieron el mismo puntaje: 72 golpes, en el mundial de golf de 1997. Tiger ganó las primeras diez veces. Phil ha hecho el mejor puntaje en 18 ocasiones, Tiger en 15 y han tenido el mismo en cuatro ocasiones. 

Ninguno de los dos ha sido exitoso en la Ryder Cup, pero a quienes mejor les va en la Ryder no son necesariamente los que más torneos individualmente acumulan.

No será, entonces, un encuentro menor y se jugará en un campo que ocupa el puesto 26 entre los cien mejores del mundo. Puede que el show televisivo previo no esté resultando muy animado, pero estas estrellas lo que saben es jugar y el verdadero espectáculo está en su juego, no es su conversaciones.