Ganadores y perdedores del Tour

Una vez concluido el Tour de Francia el domingo anterior en París, se hace necesario hacer un balance sobre lo que deja en todos los aspectos el más grande evento del ciclismo mundial y considerado tercer certamen deportivo del planeta después de los Juegos Olímpicos y el Campeonato Mundial de Fútbol.

De acuerdo a lo anterior, vamos a referirnos a los grandes vencedores del Tour, comenzando en lo deportivo con su extraordinario campeón, TADEJ POGACAR, quien celebró de esta manera, con 24 horas de adelanto, su cumpleaños número 22, convertido en el ganador más joven de la carrera en los tiempos modernos; lo anterior tras superar el sábado, luego de 36 kilómetros de contrarreloj, a su compatriota Primoz Roglic, descontándole de forma increíble una desventaja de 57 segundos y arrebatándole de paso la camiseta amarilla.

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A pesar de su derrota, Primoz Roglic es otro ganador , subiendo al segundo cajón del podio final en París, defendiendo su posición como favorito a lo largo de todo el Tour, apoyado por un poderoso equipo que no fue suficiente para triunfar pues finalmente el ciclismo es un deporte individual y el mismo calificativo  como ganador cabe a Ritchie Porte, quien a sus 35 años hizo realidad un viejo sueño: subir al podio final y lo consiguió con el brillante tercer puesto en París junto a Pogacar y Roglic.

El ciclismo colombiano, a pesar del abandono del gran campeón del Tour el año pasado, Egan Bernal, y las desventuras de otro grande como Nairo Quintana, también sale como ganador pues el triunfo en dos inolvidables etapas con Daniel Martínez y Miguel Ángel López, así como el protagonismo de este último (desalojado del podio final el penúltimo día en la CRI), además de la formidable demostración de Rigoberto Urán consiguiendo también un puesto entre los 10 primeros junto a “Superman”.

El conjunto de ruteros nacionales sale del Tour con la frente en alto una vez más, pues consiguieron mantener vigente el prestigio que ha ganado el ciclismo colombiano y ratificaron para el país su puesto como una de las potencias mundiales de este deporte.

En el grupo de los ganadores en el Tour debemos igualmente citar a los ciclistas españoles Mikel Landa y Enric Mas, ubicados cuarto y quinto respectivamente, al término de una carrera inteligente, concebida para aparecer en la última semana y en días claves, aprovechando el poderío de los grandes escuadrones Jumbo e Ineos y la batalla entre varios de sus rivales para conseguir las meritorias posiciones alcanzadas al final de la carrera francesa.

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Como es necesario también referirse en estos balances a los perdedores, no podemos dejar de referirnos al ciclismo francés e italiano , otrora potencias y protagonistas de primera línea en el Tour. Esta vez han desaparecido de esos espacios y apenas debieron contentarse con algunos destellos que obligan seguramente a sus equipos  y al ciclismo de esos países a replantear  su sistema, de tal manera que vuelvan a contar con los grandes logros y campeones de épocas brillantes que les permitieron ser los reyes del ciclismo.

Y finalmente dejemos como el GRAN VENCEDOR de la prueba al término de tres semanas de gran tensión  al propio TOUR DE FRANCIA, que le ganó la batalla a la pandemia, consiguiendo alejar radicalmente de la caravana al peor enemigo de la humanidad en esta época, cuya sombra estuvo siempre campeando sobre el Tour en cada jornada pero gracias a un rígido protocolo cumplido estrictamente por corredores, equipos, organizadores o periodistas. Organizados en  sendas “burbujas” blindadas, consiguieron todos demostrar que sí era posible ver el lote rodando como ya lo había hecho el balón.

Con su llegada sano y salvo a París y sin contratiempo alguno, el Tour de Francia consiguió el objetivo del gobierno francés y de los organizadores, de convertirse en portador de un mensaje de esperanza, lucha y supervivencia para Francia y para el mundo, además de servir como argumento y ejemplo a países como Colombia  y tantos otros, aún pendientes de llevar a cabo parte de su temporada, aplazada a  causa del coronavirus. Queda claro que la vida continua y el ciclismo es la mejor demostración de que  hay que seguirla pedaleando.