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Roger Federer, entre los mejores del ránking de la ATP
Roger Federer, entre los mejores del ránking de la ATP
AFP

Federer, dejar el tenis o que el tenis lo deje

Federer no es cualquiera y sin duda las señales de alerta se prenden en el extraterrestre de este deporte.

Se ha vuelto costumbre que Roger Federer se complique más de lo normal en estos meses. Después de un gran comienzo de año con el título de Grand Slam obtenido en el abierto de Australia, la situación empezó a complicarse. 

Después de perder la final de Indian Wells ante Del Potro, con punto de campeonato desperdiciado incluido, las cosas no fueron ni parecidas a la temporada pasada. 

Perdió la final de Halle ante Coric, un torneo que ha ganado ocho veces. Se le fue, nuevamente con punto de partido desperdiciado, Wimbledon, su torneo favorito, a manos de Kevin Anderson en cuartos de final. 

Perdió contra Millman, un jugador muy inferior en cuanto a capacidades,  en una noche de mucha humedad en el US open, nuevamente después de haber ido arriba en el marcador; después, con muchos problemas volvió a caer contra Coric en la semifinal de Shangai. Esta semana arrancó complicado en su casa en Basilea cediendo su saque cuatro veces ante Krajinovic. Veremos si logra su título 99 el domingo que viene.

El ranking dice que hoy es el tercer mejor tenista del mundo y probablemente termine el año en esa posición, nada mal para cualquier humano, pero Federer no es cualquiera y sin duda las señales de alerta se prenden en el extraterrestre de este deporte. Hace unos años superó un bache de rendimiento, se reinventó y volvió a la cima. Con 37 años cumplidos es poco probable que, si llega un bajón de aquellos, logre sobreponerse otra vez. 

La técnica de Federer, el arte hecho tenis, sigue siendo la misma. Su revés de una mano, su repertorio de saque y su agresiva derecha no cambian. Pero las piernas no son las de antes. Cada vez se le ve jugando más puntos rápidos, pues esa parece ser la condición que su cuerpo le impone para no perder en velocidad. 

En este deporte la agilidad en las piernas es la base de todo lo demás. En ese sentido, Roger antes volaba como un ‘concorde’, ahora le cuesta más. Su talento le da para buscar acabar rápido con los puntos y tener un alto nivel de efectividad, pero juega al límite y en ese punto el margen de error aumenta. 

Ha dicho en entrevistas recientes que ha jugado con dolor en la mano derecha desde la gira de hierba; que sabe que le dicen que está viejo en el circuito aunque no le moleste; también ha manifestado que espera poder jugar tres o cuatro años más y que hoy le motiva llegar al título número 100 (ha logrado 98), más que cualquier otra cosa. 

Que Federer todavía tenga hambre de gloria a sus 37 años es loable, eso habla de lo competitivo que es. Sin duda es el mejor de la historia, pero con Djokovic y Nadal pisándole los talones, los dos con más años por delante en el circuito que él y un par de récords que le falta pulverizar (número de títulos en general y de partidos oficiales ganados, ambos en poder de Jimmy Connors), es probable que el ego lo esté humanizando, faceta que no le conocíamos hasta ahora. Ojalá Federer sepa decirle adiós al tenis antes de que el tenis le diga adiós a él, es el final que merece su trayectoria.

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Roger Federer Wimbledon 2018
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Rafael Nadal, tenista

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