El resurgir de un León moribundo

El fútbol es un deporte ilógico, algunas veces no responde a un trabajo programado. Santa Fe es uno de esos ejemplos: hace aproximadamente dos meses el equipo se debatía en una de sus peores crisis, tanto deportivas como financieras, no le salía nada y las decisiones de su Presidente eran un desastre.

Pero los males no son eternos y Santa Fe algún día tenía que dar el timonazo, no se podía dejar hundir el barco sin hacer nada. Apareció la solución y Andrés Carreño, su presidente, tomó la decisión de hacerse a un lado. Fue el comienzo de la solución.

Llegó Eduardo Méndez cogió las riendas y tomó las decisiones para mejorar el rumbo: cambió el cuerpo técnico y trajo a Harold Rivera, quien había trabajado con él en el Unión Magdalena, y el barco empezó a tomar el rumbo correcto.

Rivera ha dirigido a Santa Fe en once partidos y de 27 puntos en juego ha sumado 15,  más los dos que tenía en las primeras cuatro  fechas suma 17 unidades. Pero lo más importante dentro de esta campaña, es que los últimos cinco partidos del cuadro ‘cardenal’ han sido triunfos consecutivos con 10 goles a favor, además de tener la valla invicta.

Pero muchos se preguntaran cuál ha sido el secreto para cambiar tan radicalmente. Pues ha sido solo uno, trabajo, ese que hacía falta en el comienzo del torneo, más el conocimiento de lo que se debe hacer como técnico de fútbol. Simple, ¿no?

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La  nómina es la misma, solo que ahora los futbolistas juegan en las posiciones que son y las disposiciones tácticas son más exactas. Antes parecía un equipo de barrio, donde cada uno jugaba por su lado y la impotencia de su técnico se le notaba en la cara.

El arquero ha sido fundamental como jugador y como capitán del equipo y la defensa no tiene reparo, no recibe goles hace cinco partidos. Así mismo, los volantes están más protegidos unos a otros y la llegada de Sambueza le ha dado el toque diferente a la zona del medio campo. También le ha dado la confianza al juvenil John Velásquez cada vez  mas apoderado de su puesto.

Pero en este análisis no podemos dejar de lado a Maicol Balanta, jugador que ha venido de menos a más y se ha convertido en el más desequilibrante, con un Jefferson Duque que es el primer defensa de su equipo cuando pierden la pelota y que de a poco se le ha empezado a abrir el marco contrario.

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No era tan difícil. Simplemente hay que tener un poquito de coherencia y conocimiento en lo que se hace. Un presidente que sabe dirigir a un club, un técnico  estudioso y conocedor de cómo se dirige un equipo de fútbol y unos jugadores que recobraron la confianza.

Todavía faltan por jugarse 21 puntos, dirán algunos. Santa Fe solo piensa en el próximo partido, no hace cuentas a largo plazo, solo el día de la fecha veinte sumará y sabrá si le alcanzaron los puntos para meterse dentro de los ocho finalistas.

La pregunta que se deben estar haciendo todos es: y si el equipo clasifica y hace una campaña para aplaudir, ¿será que el presidente prescinde de los servicios de Rivera como técnico?, ¿por qué Méndez dijo que ya tenía al entrenador para el próximo año?, ¿Ustedes que piensan?.