El quisquilloso Comesaña

Los resultados y el rendimiento del equipo “Bicampeón” del fútbol colombiano, que aún no cuajan, y los marcadores evaporándose en las postrimerías de los partidos, como sucedió con América y Once Caldas, y recientemente con el Deportivo Cali, han desequilibrado al técnico de Junior, Julio Avelino Comesaña.

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El veterano y venerable entrenador perdió los estribos en el partido librado en Palmaseca y “peló el cobre” al agredir, sin sentido y sin razón de ser, a su par Lucas Pusineri. Fue una acción desafortunada y que no tiene justificación alguna, que, por demás, denotó la irascibilidad del colombo-uruguayo.

El estrés reinante en el entorno del elenco rojiblanco, no asimilado por el ducho técnico, ha provocado reacciones beligerantes por parte de Comesaña quien ha respondido con “piedras en la mano” a los comunicadores, a quienes les ha enrostrado frases destempladas y cargadas de prepotencia como aquella: “somos los bicampeones de Colombia”.

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Las actitudes quisquillosas del profesor Comesaña son reprochables, desde todo punto de vista, mucho más a su edad y con su recorrido en el mundo del fútbol. Le pedimos mesura y tranquilidad para manejar las situaciones extremas y complicadas que en este momento está viviendo, es lo más saludable para él y para sus orientados. Es mejor tener paz en medio de la tormenta; porque lo primordial es no desviar la atención de lo más importante: resolver los problemas de engranaje y funcionamiento futbolístico de su escuadra. Y para ello se hace necesario que Julio tenga las neuronas abiertas, dispuestas y enfocadas en la búsqueda de soluciones.

Además, la sociedad del fútbol necesita un ambiente sosegado y lleno de paz, sobre todo cuando los paradigmas deben ser expuestos por los protagonistas del primer plano del panorama futbolístico.