El problema del fútbol son las barras bravas

Lo que sucedió en el Campin en el intermedio del partido entre Santa fe y Nacional, es solo un episodio más de un problema que hace varios años llegó al fútbol disfrazado en lo que se llaman barras bravas.

Estos colectivos lo que hicieron seguramente de una pasión inicial por sus equipos, fue mutar con el tiempo en lo que es hoy un negocio lucrativo para los líderes de las barras, que ven un negocio en ciernes muy ventajoso, para ellos y que utiliza a una cantidad de gente que lo que menos les interesa es el fútbol.

Ellos cambiaron el fútbol, no son hinchas, la mayoría de las veces no les interesa quién es el rival de su equipo, lo único que buscan es un rédito económico y una forma de desahogar sus broncas contra el mundo, así sea llevándose a muchos por delante.

Todo esto es patrocinado por los clubes, no de otra manera hubieran podido sobrevivir por tanto tiempo y tener hoy la importancia que tienen y las prebendas que obtienen como boletas de entrada, viajes cuando los equipos viajan a otras ciudades, incluso al exterior, por eso es que los dirigentes temen tomar medidas extremas contra ellos.

Ellos, los dirigentes de los clubes y los directivos del fútbol (Dimayor, Federación ) saben cuál es el problema y también saben cuál es la solución pero no la toman y siempre ponen paños de agua tibia a una enfermedad que cada vez es más grave.

En Inglaterra los Hooligans casi acaban con el fútbol y un día las autoridades tomaron la decisión y los erradicaron del fútbol, no pudieron volver a los estadios y el fútbol continuo y hoy usted ve los estadios de la premier sin barras sin consignas en las tribunas ni nada que haga peligrar el espectáculo. Entonces si se puede.

A los problemas hay que atacarlos de raíz para acabarlos de una vez, no con decisiones tibias que lo único que hacen es alargar la enfermedad. Tomenlas ya, antes de que ellos se tomen el fútbol y nos echen a todos.