Con la pandemia, perdimos todos

Estamos cerca de llegar a un año desde cuando la pandemia nos sorprendió, nos invadió, nos encerró, nos cambió la vida.

El 2020 fue un año tremendamente difícil para todos y para todo; todos nos afectamos de una u otra manera y tendríamos que decir y concluir que todos perdimos; pero si miramos el vaso medio lleno, aceptemos que ganamos en algunos aspectos, y ese debe ser el punto de partida para este nuevo calendario.

De allí, desde el aprendizaje, de las lecciones aprendidas, es donde ahora tenemos que partir y saberlas aprovechar.

Tendríamos que aceptar que muchos por la incredulidad, por la falta de conocimiento, otros por la irresponsabilidad, por la falta de compromiso, por la sorpresa etc., fallamos y la epidemia del coronavirus ha matado a más de 55 mil colombianos, cerrado empresas grandes, pequeñas y medianas; nuestra economía y la del mundo, naturalmente, se han visto supremamente afectadas.

Para estas situaciones nadie en el mundo estaba preparado, pero llegó el momento de poner en práctica las lecciones y emprender un juicioso camino para salir adelante.

Las cifras son contundentes, son negativas, pero ahora la invitación tiene que ser a mirar las cosas con optimismo, con responsabilidad, con aprovechamiento de lo dolorosamente aprendido, de lo tristemente vivido.

Es hora de entender que todo, o casi todo, se puede hacer si somos responsables, si tenemos comportamientos sociales acordes a los compromisos de cada quien, si todos utilizamos el tapa bocas, si tenemos lavado de manos permanente o utilizamos en la calle métodos de desinfección oportuna, entre otras medidas.

La vacuna de la que todos somos dueños y podemos, incluso tenemos la obligación de aplicarnos no una ni dos dosis sino permanentemente, mientras llega la biológica del gobierno, se llama tapabocas, lavado de manos.

Este es un tema de conciencia ciudadana, responsabilidad consigo mismo, con sus familiares, con sus amigos, con sus compañeros de trabajo.

El tapa bocas no es un tema de estética, es un tema de salud.

Todos queremos trabajar, todos queremos retornar a la normalidad y esto depende de muchos factores y ante todo del tiempo, pero por encima de todo, de nosotros mismos.

En materia deportiva, aunque los calendarios se proyecten, cada día debemos estar atentos a cómo es la evolución de esta pandemia para saber si se puede avanzar o no.

Debemos asumir que hay, por ahora, una nueva vida, una nueva normalidad que se verá en progreso si tenemos comportamientos disciplinados y somos comprometidos con los protocolos de bioseguridad, de esta salimos todos unidos.

Si queremos reactivación económica, una vida social normal y una agitada programación deportiva debemos hacer nuestro aporte. Es urgente que nos convenzamos de esto.

Las federaciones nacionales e internacionales, los institutos los organizadores de eventos y naturalmente Mindeportes y el COC, están en la lucha por no parar, por llevar adelante una programación generosa dentro de lo posible, y será menos difícil si les llega el gran aporte ciudadano, cuidándonos para que así las opciones de contagio disminuyan y ojalá aceleradamente.

Hoy después de la crisis de diciembre y enero, con cifras alarmantes y récords negativos en contagios y muertes, el panorama comienza a hacerse más alentador y seguirá mejorando si todos nos cuidamos de forma responsable y constante,

Esto no puede ser solo de unos días sí y otros no, ni responsabilidad de un sector de la población.

Miro las cosas con mucho positivismo y confío en que con el comportamiento ciudadano más la vacuna, la luz al otro lado del túnel está por verse muy rápido… dispongámonos todos y "pa lante", los quiero ver en los eventos, que ningún evento se cancele pero ante todo, que no haya más muertes, que nuestra economía se reactive y la vida siga siendo placentera y en sociedad.

Y por favor, a nuestros elegidos en todo el país, les pido que actúen como gobierno y no como políticos que en algunos casos es lo que se siente y también nos está afectando.