Censura a la franqueza

Juan Carlos Osorio reiteró que su deseo es llegar a dirigir a la Selección Colombia, lo hizo en ejercicio de sus funciones como nuevo seleccionador de Paraguay y, aunque puede ser un comportamiento incómodo y poco político, tuvo motivaciones honestas y transparentes.

Sin embargo, se le ha censurado como si el deseo expresado fuese el de ingresar a una secta o apropiarse del erario de la nación. No, su manifestación es la de un sueño que seguramente tuvo Tite con Brasil, Sampaoli con Argentina o Joachim Löw con Alemania. Se trata de representar a su país. Nada más, nada menos.

Y pese a que de momento no es posible por su compromiso con el combinado guaraní, continúa siendo una opción más que válida de cara al futuro. Si lo que se busca es un verdadero cambio de mentalidad, una transformación de la actitud conformista mimetizada con patriotismo, que hasta ahora existe en el entorno de la selección, y el hallazgo de un auténtico gen ganador, Juan Carlos Osorio es el indicado.

Pero, ¿por qué se le critica? Las acciones de Osorio son más honestas que las de los empresarios que continúan acercando nombres como los de Carlos Queiroz y Zlato Dalic, quienes también tienen contrato vigente con sus selecciones nacionales.

Además, los mismos corsarios que desangran el fútbol acercan nombres como el de Dunga, quien es repudiado en Brasil por su estilo ríspido, defensivo y carente de imaginación ofensiva. No obstante, dichos ofrecimientos no son criticados, por desconocimiento o solo porque el que genera animadversión es Osorio.

El ex entrenador de Atlético Nacional ya no es una opción para estar en la Selección Colombia porque seguirá con Paraguay y es muy probable que, bajo sus órdenes, la ‘Albirroja’ retorne a una cita orbital en Catar 2022.

Lo cierto es que la Federación Colombiana de Fútbol soslayó la oportunidad de contar con un técnico de categoría internacional como Juan Carlos Osorio, nunca pensaron en Reinaldo Rueda y permitieron que se comprometiera con Chile, y en la carrera hacia el próximo Mundial está perdiendo tiempo valioso por ahorrar unos dólares.

Ojalá ese tiempo de trabajo no sea la primera excusa en brotar cuando enfrentemos los primeros fracasos con el nuevo técnico. Es hora de definir quién llegará al equipo nacional de Colombia. Si se han tomado tanto tiempo para elegir sería imperdonable que el designado no sea un integrante habitual de la élite futbolística internacional.