Cargando contenido

Jorge Enrique Vélez, Dimayor
Jorge Enrique Vélez, presidente de la Dimayor.
Colprensa

Algún día tenía que terminar

Jorge Enrique Vélez se fue, dejando varios problemas tras de sí.

Acaba de terminar tal vez la era más nefasta y oscura para el fútbol colombiano. Fueron dos años dirigidos por un político, Jorge Enrique Vélez, que se refugió en el fútbol luego de su última derrota electoral, cayó en paracaídas cuando no estaba en las cuentas de nadie y salió dejando una estela de desaciertos y malos manejos, en negociaciones que debían dejarle a los clubes buenos dividendos económicos, pero que lo único que les dejó fue deudas que ahora no saben cómo pagar.
 
Pero claro, ellos son los primeros responsables de que eso haya sucedido, porque fueron los mismos que en pleno mundial de Rusia le dieron los votos necesarios para sentarlo en la silla presidencial de la Dimayor, tal vez sin darse cuenta del enorme error que habían cometido al darle carta blanca a un hombre que poco sabía del negocio.

Vea también: Carrera por la presidencia de Dimayor: ya serían solo dos candidatos para elegir
 
Fueron dos años, desde julio de 2018 a julio de 2020, pero ese tiempo le bastó para romper en mil pedazos lo que hasta ahora había funcionado relativamente bien, con los problemas normales de dirigir una empresa con 36 jefes, porque el Presidente de la Dimayor no es más que un empleado de quienes lo eligen, que no son otros que los presidentes de equipos del rentado nacional.
 
Su primer gran error fue querer enfrentarse con el gobierno, cuando a comienzos de este año alguien lanzó la idea de que sería bueno para el país que uno de los partidos fuera a través de la televisión nacional, a lo cual respondió, con la soberbia que siempre lo caracteriz,ó que con mucho gusto pasarían ese partido, que le dijeran a qué dependencia del gobierno les enviaba la cuenta de cobro. Ahí empezó a cavar su tumba.
 
Ahí no pararon los desaciertos: uno de los que más daño le hizo fue la fallida negociación de los derechos internacionales del fútbol colombiano a una empresa norteamericana, que en su debido momento se dieron cuenta que era de papel y que no tenía ni la experiencia ni el músculo financiero para hacer una negociación que alcanzaba los 300 millones de dólares en cinco años.

Le puede interesar: ¿Quién debe ser el nuevo presidente de Dimayor? esto es lo que piensa Eduardo Méndez
 
Y claro, cuando hacen cuentas y ven que son casi 60 millones de dólares por temporada todos salen a comprar con un dinero que les va llegar, muy típico de nosotros los colombianos de hacer negocios con dinero que no nos ha llegado.
 
En medio de la negociación, Jorge Enrique Vélez se dio cuenta del error pero nunca lo aceptó y siguió adelante con una negociación que él sabía que no llegaría a buen puerto. Soberbia se llama eso y esa fue la que le dio la estocada final.
 
Ahí perdió gran parte de su credibilidad. Después intentó hacer una negociación con una empresa canadiense para que se hiciera cargo de toda la logística del protocolo de bioseguridad pedido por el gobierno para el regreso del fútbol en época de pandemia. No pasaron muchos días para que se descubriera que dicha empresa no tenía, al igual que en la anterior negociación, ni experiencia en ese tema y que a parte uno de los socios era un amigo suyo. Total, la negociación también se cayó.
 
Aferrado a su puesto como el dictador que ve que su país se cae a pedazos pero él sigue aferrado a su sillón, así terminó Vélez en la Dimayor y los mismos que hasta último momento lo apoyaron le sugirieron que renunciara, situación que aceptó pero no sin antes pedir una indemnización que dicen llegó a los 600 millones de pesos, cuando por ley sólo le correspondía algo así como 140 millones.
 
A todos les quedó la experiencia de lo malo que fueron estos dos años, pero dice la frase que de los malos momentos también se sacan cosas positivas. Solo nos queda pedir  que no se vuelvan a equivocar y que el próximo presidente de la entidad salga de un estudio y un análisis serio y que no se vuelvan a dejar pintar pajaritos de oro, que de esos ya no hay.

Fuente
Antena 2
En esta nota

Cargando más contenidos

Fin del contenido