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Novena de Navidad, día 9
Novena de Navidad, día 9
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Novena de Navidad completa; día 9: 24 de diciembre 2024

Este martes 24 de diciembre se vivirá el último día de las novenas de Navidad.

La Novena de Navidad es una tradición religiosa que se celebra durante los nueve días previos a la Navidad. Cada día incluye oraciones específicas y reflexiones dedicadas al Niño Jesús, la Virgen María y San José, además de cantos conocidos como "Gozos". A continuación, se detalla el contenido correspondiente al día dos:

ORDEN DE LA NOVENA

  1. Oración inicial de todos los días
  2. Oración a la Santísima Virgen
  3. Oración a San José
  4. Consideración del día (en este caso, del segundo día)
  5. Los Gozos
  6. Oración al Niño Jesús

ORACIÓN INICIAL (DE TODOS LOS DÍAS)

Para comenzar la Novena
¡Benignísimo Dios de infinita caridad!
Que tanto amasteis a los hombres
Que les disteis en vuestro Hijo
La mejor prenda de vuestro amor,
Para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen,
Naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio.
Yo, en nombre de todos los mortales,
Os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.
En retorno de él, os ofrezco la pobreza, humildad
Y demás virtudes de vuestro Hijo humanado,
Suplicándoos por sus divinos méritos,
Por las incomodidades con que nació
Y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre,
Que dispongáis nuestros corazones
Con humildad profunda,
Con amor encendido,
Con total desprecio de todo lo terreno,
Para que el recién nacido Jesús
Tenga en ellos su cuna y more eternamente.
Amén.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN

Soberana María,
Que por vuestras grandes virtudes
Y especialmente por vuestra humildad
Merecisteis que todo un Dios os escogiera por madre suya,
Os suplico que vos misma preparéis y dispongáis mi alma
Y la de todos los que en este tiempo hagan esta Novena
Para el nacimiento espiritual de vuestro adorado Hijo.
Oh dulcísima Madre,
Comunicadme algo del profundo recogimiento
Y divina ternura con la que le aguardasteis,
Para que nos hagáis menos indignos de verle,
Amarle y adorarle por toda la eternidad.
Amén.

Avemaría y Gloria.

ORACIÓN A SAN JOSÉ

Oh Santísimo José,
Esposo de María y padre adoptivo de Jesús.
Infinitas gracias doy a Dios
Porque os escogió para tan altos ministerios
Y os adornó con todos los dones proporcionados
A tan excelente grandeza.
Os ruego, por el amor que tuvisteis al Divino Niño,
Que me asistáis en esta Novena y siempre,
Para que logre el fruto que deseo,
En honor y gloria de Dios y del bien de mi alma.
Amén.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

CONSIDERACIÓN DEL ÚLTIMO DÍA

La noche ha cerrado del todo en las campíñas de Belén. Desechados por los hombres, y viéndose sin abrigo, María y José han salido de la inhospitalaria población y se han refugiado en una gruta que se encontraba al pie de la colina. Seguía a la reina de los ángeles el jumento que le había servido de humilde cabalgadura durante el viaje, y en aquélla cueva hallaron un manso buey, dejado allí probablemente por alguno de los caminantes que habían ido a buscar hospedaje en la cuidad.

El Divino Niño, desconocido por sus criaturas racionales, va a tener que acudir a loas irracionales para que calienten con su tibio aliento la atmósfera helada de esa noche de invierno, y le manifiesten con esto y con su humilde actitud el respeto y la adoración que le había negado Belén., La rojiza linterna que José tiene en la mano ilumina tenuemente ese pobrísimo recinto, ese pesebre lleno de paja que es figura profética de las maravillas del altar, y de la íntima y prodigiosa unión eucarística que Jesús ha de contraer con los hombres. María está en oración en medio de la gruta, y así van pasando silenciosamente las horas de esa noche llena de misterio.

Pero ha llegado la medianoche, y de repente vemos dentro de ese pesebre, poco antes vacío, al divino Niño esperado, vaticinado, deseado durante cuatro mil años con inefable anhelo. A sus pies se postra su Santísima Madre, en los transportes de una adoración de la cual nada puede dar idea. José también se acerca y le rinde el homenaje con que inaugura su misterioso e imponderable oficio de padre adoptivo del Redentor de los hombres. La multitud de ángeles que desciende de los cielos a contemplar esa maravilla sin par , dejan estallar su alegría y hacen vibrar en los aires las armonías de ese Gloria in Excelsis que es el eco de la adoración que se produce en torno del Altísimo, hecha perceptible por un instante a los oídos de la pobre Tierra . Convocados por ellos, vienen en tropel los pastores de la comarca a adorar al recién nacido y presentarle sus humildes ofrendas. Ya brilla en oriente la misteriosa estrella de Jacob, y ya se pone en marcha hacia Belén la caravana espléndida de los Reyes Magos, que dentro de pocos días vendrán a depositar a los pies del Divino Niño el oro, el incienso, y la mirra, que son símbolos de la caridad, la adoración y la mortificación.

¡Oh adorado Niño! Nosotros también, los que hemos hecho esta novena para prepararnos al día de vuestra Navidad, queremos ofreceros nuestra pobre adoración. ¡No la rechacéis! ¡Ven a nuestras almas, venid a nuestros corazones llenos de amor! Encended en ellos la devoción a vuestra santa infancia, no intermitente y sólo circunscrita al tiempo de vuestra Navidad, sino siempre y en todos los tiempos; devoción que fielmente practicada y celosamente propagada, nos conduzca a la vida eterna, librándonos del pecado y sembrando nosotros todas las virtudes cristianas.

LOS GOZOS

Los Gozos son un conjunto de versos cantados o recitados en los que se celebra el nacimiento de Jesús. Cada estrofa incluye una invocación al Niño Jesús, seguida por un estribillo común:

Estribillo común:
Dulce Jesús mío, mi niño adorado,
Ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

- Oh sapiencia suma del Dios soberano, que a nivel de un niño te hayas rebajado. Oh Divino infante, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes tanto!

- Niño del pesebre, nuestro Dios y Hermano, Tú sabes y entiendes del dolor humano; que cuando suframos dolores y angustias, siempre recordemos que nos has salvado.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almás! ¡Ven, no tardes tanto!

- Oh lumbre de oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor veamos, Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

- Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo, Pastor del rebaño. Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca ya el cordero manso.

Dulce Jesús, mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

- Ábrase los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío, como riego santo. Ven hermoso niño, ven Dios humanado; luce hermosa estrella, brota flor del campo.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

- Tú te hiciste Niño en una familia llena de ternura y calor humano. Vivan los hogares aquí congregados, el gran compromiso del amor cristiano.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

- Del débil auxilio, del doliente amparo; consuelo del triste, luz de desterrado. Vida de mi vida, mi sueño adorado; mi constante amigo, mi divino hermano.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

- Ven ante mis ojos de ti enamorados, bese ya tus plantas, bese ya tus manos. Prosternado en tierra te tiendo los brazos y aún más que mis frases te dice mi llanto.

Dulce Jesús mío mi niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

- haz de nuestra patria una gran familia; siembra en nuestro suelo tu amor y tu paz. Danos fe en la vida, danos esperanza y un sincero amor que nos una más.

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado. ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

ORACIÓN AL NIÑO JESÚS

Para concluir la Novena
Acordaos, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!,
Que dijisteis a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento,
Y en persona suya a todos vuestros devotos:
"Esta es la prueba de mi amor, que todo lo que pidáis en mi Nombre, os lo concederá mi Padre".
Llenos de confianza en vuestra promesa,
Acudimos a Vos, oh Divino Niño.
Os consagramos nuestro corazón y todo nuestro ser,
Para que nuestra oración sea digna de ser escuchada.
Amén.

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