Nacional la sacó barata: la jugada contra Bucaramanga que pudo ser roja

Se vive la segunda final de la Superliga después de que en la ida en Medellín, Atlético Nacional y Atlético Bucaramanga sacaran un empate a un tanto que dejaba completamente abierta la serie en busca de la definición del título. Los verdolagas apuestan por su cuarta conquista de este certamen, para los leopardos sería la primera. 

Justamente, en busca de salir a llevarse el partido, Atlético Bucaramanga tuvo las mejores opciones en los primeros minutos del juego, más allá de una salvada de Aldair Quintana que contuvo un cabezazo del cuadro visitante. Luego, Harlen Castillo salvó un disparo que pudo ser el primero del partido para Leonardo Flores y para los bumangueses. 

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Todo se rompió cuando, después del córner lanzado en esa jugada que atajó Castillo, Nacional se fue en un contragolpe comandado en velocidad y cambio de ritmo por parte de Marino Hinestroza que se perfilaba para entrar al área. Sin embargo, Aldair Gutiérrez lo bajó en la frontal del área y Carlos Ortega lo expulsó después de revisar el VAR. 

Sin duda alguna, fue una acción discutida, pues, si bien era una acción de mucho riesgo y que podía determinar el primero de la noche, no era último hombre y no era una acción manifiesta de gol, dado que atrás y por los costados venía más marca de jugadores de Bucaramanga para cerrar la acción. Pero, antes de esa jugada de expulsión, Alfredo Morelos pudo irse expulsado. 

LA JUGADA DE ALFREDO MORELOS QUE PUDO SER EXPULSIÓN 

En medio del primer tramo del partido, exactamente a los 13 minutos, Alfredo Morelos pegó un codazo en la cara a Carlos Romaña. Carlos Ortega se acercó y pitó falta a favor de Atlético Bucaramanga y decidió amonestar a Morelos. Sin duda alguna, era una acción que podía dar para más. 

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El VAR pudo haber llamado para sugerir ver la jugada que también fue polémica y que pudo cambiar el andar del compromiso. Hicieron caso omiso y el partido continuó. Caso contrario en la expulsión de Aldair Gutiérrez. Ahí es cuando se dice que los árbitros no miden las jugadas con el mismo rasero.