Salvador Cabañas asegura que ya perdonó a quien le disparó en la cabeza
El jugador paraguayo fue atacado hace 10 años en México.
El exídolo del América de México y de la selección paraguaya Salvador Cabañas asegura que ya perdonó al hombre que le disparó en la cabeza y truncó su carrera deportiva en el baño de un club nocturno de Ciudad de México hace 10 años.
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"Yo estoy bien. Ya me olvidé de eso. Ya lo había dicho públicamente y lo repito: le perdono al tipo que me hizo eso y destruyó mi carrera. No tengo ningún problema en decirlo. Lo importante es que estoy vivo", expresó Cabañas en una entrevista con la AFP en la humilde vivienda de sus padres, en Itauguá, en las afueras de la capital paraguaya.
Recordó que el autor del ataque, José Jorge Balderas Garza, alias "JJ" (que fue condenado) era un desconocido para él cuando se lo encontró en un pub, el Bar Bar, y produjo el disparo que casi le segó la vida el 25 de enero de 2010, en la cúspide de su carrera.
El incidente se produjo "de la nada. Me dijo que yo le estaba robando a México. Yo estaba compartiendo con mi expareja después de un partido (por el torneo nacional mexicano cuando jugaba por el América) y ahí pasó".
"Me apuntó directo a la frente. Estaba temblando con la pistola en la mano y apuntándome (...). Dijo que pidiera mi último deseo porque me iba a morir. Yo le dije que yo no me iba a morir y que no tenía por qué pedir ningún deseo. Le dije que no haga eso", evocó.
Cabañas piensa que ocurrió un milagro. "Hasta los doctores se sorprendieron. Dijeron que nadie sobrevive a esa clase de atentado. Escuchaba que decían que ya no iba a caminar más. Pasó el tiempo y volví a caminar y se sorprendieron todos".
"Viene gente a verme. Viene gente en silla de ruedas, gente que cree que nunca más va a caminar. Hay uno que un mes después volvió a caminar", aseveró.
Como señal de su apego al club azteca muestra el anillo por los 100 años de fundación del América que le obsequiaron en 2007, cuando se consagró como goleador de la Copa Libertadores. "Ellos hicieron todo para que me recuperara", remarcó.
Cabañas se alejó de la práctica del fútbol. "Practico voley con mis amigos del barrio. Lo que pasa es que (los médicos) me prohibieron cabecear, porque la bala que tengo incrustada en la nuca se puede mover y me puede hacer daño. Me dicen que puedo quedar paralítico. Está alojada encima de la vena principal".
Hasta hace un par de años jugó en algunos equipos de segunda división de Paraguay, pero "tenía miedo de chocar fuerte con alguien y mis compañeros también de chocar conmigo", refirió.
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"Me convencí y dije que ya era suficiente. Tenía 21 años de vida profesional. Hoy tengo 39 años...", indica.
El hombre que de la cima de los privilegios deportivos y financieros redujo su nivel al de alguien que vive bajo la protección de sus padres dice que su experiencia le hizo valorar más a su familia: "Ellos son los que hicieron que me aferrara a la vida", remató.
Fuente
AFP