Mourinho volvería a ser técnico de Cristiano: Portugal haría jugada maestra

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La idea principal es maximizar las opciones en lo que podría ser el último gran torneo de Cristiano Ronaldo con la camiseta nacional, un Mundial que simbolizaría el cierre de oro en la carrera del máximo goleador en la historia del fútbol internacional.

José Mourinho, de 61 años y con una trayectoria plagada de títulos en Portugal, Inglaterra, Italia y España, ha manifestado en más de una ocasión su anhelo por dirigir a su país. Ya en 2007 llegó a calificarlo de “un sueño” y, doce años después, en 2019, reiteró que “le gustaría hacerlo antes de terminar mi carrera”, matizando eso sí que no había llegado el momento adecuado. Hoy, con una FPF dispuesta a reforzar el proyecto con un hombre “de la casa” y con carácter inquebrantable, aquellas declaraciones cobran una relevancia renovada.

La posible contratación de Mou conocido por su gran capacidad para gestionar egos y optimizar cada partida tácticasupondría asimismo un desafío para un Fenerbahçe que, tras su llegada hace apenas unos meses, depositó en él la esperanza de devolver al club turco los bríos nacionales e internacionales. La cláusula de salida, cifrada en torno a seis millones de euros, no sería un impedimento para una FPF decidida a apostar a lo grande.

La decisión final quedará supeditada, en gran medida, al rendimiento de la selección en la Final Four de la UEFA Nations League, que se disputará en junio. Un título en este torneo refrendaría la labor de Martínez y podría demorar cualquier relevo. Por el contrario, un traspié abriría la puerta de par en par al plan “Mourinho 2026”.

Para Cristiano Ronaldo, que ya atraviesa la recta final de su carrera a nivel de selecciones, la llegada de Mourinho supondría la promesa de un técnico con el que comparte obsesión por la victoria y que, además, conoce al detalle la idiosincrasia del jugador. Su compenetración se vislumbra como el as bajo la manga de Portugal, aquella carta ganadora capaz de catapultar al equipo hacia su ansiado primer título mundial.

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En definitiva, la FPF juega su baza más ambiciosa: relevar a un entrenador exitoso, pero con perfil moderado por un estratega de talla mundial y “peso pesado” emocional en el vestuario.