Cinco críticas que sigue recibiendo Barcelona por la salida de Valverde

Llegó Quique Setién al banco del Barcelona, pero las críticas continúan por la forma en que se dio la salida de Ernesto Valverde luego de caer eliminado en las semifinales de la Supercopa de España, además de no mostrar buen fútbol en citas claves de la temporada como sucedió en el clásico ante Real Madrid como local.

No se cuestionan las razones, más sí las formas que desataron la crisis en el actual líder de la liga española. La actuación del presidente Josep María Bartomeu desató el malestar sobre la forma en que está manejando el club de manera apresurada.

Mire acá: Xavi Hernández confesó que sí tuvo oferta del Barcelona y explicó por qué la rechazó

A destiempo

Si la idea era sacar a Ernesto Valverde, lo mejor habría sido tomar esta decisión en junio pasado después de la eliminación en la Champions por parte del Liverpool. No obstante, al entrenador le dieron continuidad, pero la confianza llegó a su límite en mitad de la campaña con todos los frentes por disputar (Copa, Liga y Champions).

Improvisación

Tomada la decisión de sacar a Valverde, la directiva salió a la búsqueda de Xavi Hernández, ícono del Barcelona en la era Guardiola. La medida tomó por sorpresa al mismo Xavi, quien prefirió esperar, tomarse un tiempo y llegar al banquillo blaugrana en otro tiempo. Incluso, el mismo entrenador reconoció que necesita más experiencia para poder asumir las riendas de un equipo rodeado de presión.

Sin rumbo claro

Descartado Xavi, la directiva le apuntó a nombres que nada tienen que ver con el estilo del Barcelona. Se mencionó al argentino Mauricio Pochettino y al italiano Massimiliano Allegri, quienes tienen una forma diferente de ver el fútbol. Al final se decidieron por Setién, quien cuenta con poco recorrido, pero tiene como carta de presentación el ser un seguidor de las ideas del holandés Johan Cruyff.

Le acá: Barcelona confirmó la primera baja en la era Quique Setién

No hubo manejo

¿Pero por qué se dio la salida de Valverde? Además de no estar de acuerdo con el trabajo en el pizarrón, la decisión apunta a las elecciones de 2021 cuando se elija al nuevo presidente. La actual directiva prepara la continuidad administrativa que se ha dado en los últimos años.