Tres lecciones que le dejó Guimaraes a los demás técnicos de la Liga Águila

Alexandre Guimaraes no necesito de “magia” para ganar la estrella catorce con el América de Cali. Solo requirió de un buen mensaje, de apelar a lo práctico y de hacer lo que tocaba en los momentos determinantes. Simple, sencillo, nada sobreactuado. Así conquistó a sus jugadores, quienes entendieron la idea, se apegaron al libreto y lo cumplieron a cabalidad para ser el mejor equipo del año. 

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Funcional: llegó en junio al América de Cali y poca gente lo conocía. Solo se sabía que dirigió a Costa Rica y que clasificó al Mundial de Alemania 2006. No más. Muchos anticiparon un fracaso, pero Guimaraes fue pragmático y utilitario. No precisó de experimentos e hizo del América un equipo sólido en defensa, consistente en el mediocampo y peligroso en el frente de ataque. Todo lo que hay que tener. 

Sin rotaciones: si Juan Carlos Osorio acudió a esta práctica en Nacional, con los resultados conocidos por todos, el entrenador del cuadro escarlata apeló a un once fijo que solo variaba en caso de fuerza mayor, fuera expulsión o lesión. Por lo demás era reconocible la formación inicialista fecha tras fecha. Su equipo se consolidó con el pasar del semestre y llegó en el mejor momento a las finales. 

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Un coaching: a eso se le suma que Alexandre Guimaraes evidenció un buen manejo de grupo, supo sacar el máximo provecho de los jugadores que tenía a la mano y llevó un mensaje fluido y digerible. Hizo la fácil, cosa que agradecen por lo general los futbolistas cuando el entrenador profesa un estilo útil en la cancha. No en vano, América jugó de la misma manera tanto en casa como de visitante y sacó buenos resultados en estadios donde había tenido problemas desde que volvió a la A.