La supuesta carta de la selección femenina que nunca llegó a la Federación
La misiva jamás fue entregada por temor a las represalias.
Corría el año 2015 y en Canadá se celebraba el Mundial de Fútbol Femenino, siendo Colombia, sorpresivamente, uno de los mejores equipos. Su nivel de su participación las llevó a clasificar por primera vez a octavos de final, sin embargo, el sueño mundialista culminó al ser derrotadas por Estados Unidos.
Gracias a su magnífico desempeño en la cancha, el equipo colombiano recibió el significativo seudónimo de ‘Superpoderosas’, mientras que fuera de ella la realidad de las jugadoras era otra.
Daniela Montoya, la mediocampista que se ganó el cariño y los elogios de los hinchas por su excelente ejecución en el Mundial, decidió enfrentar con valentía las irregularidades por parte de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) hacía las jugadoras. En ese momento las deportistas manifestaron su descontento por recibir una 'ridícula' cifra de dinero para cubrir sus viáticos durante los encuentros nacionales e internacionales.
Además, aseguraron que la FCF les prometió el pagó de 10 millones de pesos al culminar el mundial y de eso solo recibieron 7 millones, luego de que Montoya hiciera pública las inconformidades del equipo. Sin embargo, durante su lucha por lograr la equidad dentro la cuadrilla femenina, Daniela se quedó sola. Sus compañeras, la respaldaban en silencio por miedo.
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Según reveló, el periódico El Espectador, ese mismo año, las jugadoras redactaron una carta que iba a ser dirigida a Luis Bedoya Giraldo, entonces presidente de la FCF, pero justamente por sentir temor de ser víctimas de represalias y ataques, decidieron no firmarla.
Entre los párrafos que resalta el medio de comunicación de la misiva, se lee: “Como usted bien sabe, bajo la condición de futbolistas aficionadas, el proceso de formación, entrenamiento y preparación hemos tenido que asumirlo con nuestros recursos para alcanzar un nivel competitivo, que nos permita llegar a ser parte de un seleccionado nacional (…) Por unanimidad, el grupo considera indispensable que se mejoren los viáticos diarios (…) Muchas de nosotras somos empleadas y para poder adelantar nuestra preparación tenemos que pagar reemplazos con nuestros recursos para no perder nuestros puestos de trabajo, pagos que no se compensan con los viáticos que recibimos”.
También se conoció que lo que motivó a Montoya a hablar con la prensa sobre la situación que las aquejaba, fue por la falta de compromiso para el pago del premio. Pero, como ellas lo suponían, Daniela debió acarrear con las consecuencias de sus acciones, pues la deportista no fue convocada para participar en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro que se desarrollaron en 2016.
Después de casi cuatro años, este escándalo sale nuevamente a la luz, cuando dos futbolistas, Isabella Echeverri y Melissa Ortiz, rompieron el silencio, acreditando como cierto lo expuesto por Montoya en su momento. “La comunicación con la Federación es prácticamente nula (…) Nos sentíamos con mucho miedo de retaliaciones que puedan llegar por hablar. Y por eso muchas de las jugadoras no hablan. Tienen miedo a no ser llamadas a la Selección o a no ser contratadas por un equipo en Colombia”, dijo Isabella en RCN Radio.
Echeverri enfatizó: "No pedimos igualdad respecto al fútbol masculino, porque faltan muchísimos años para eso. Exigimos más respeto hacia la mujer futbolista y las condiciones que nos dan (…) Más que una denuncia es un llamado de atención sobre las cosas que pasan dentro de la Selección”.
A esto se le suma las denuncias por acoso laboral y sexual dentro de la Federación. Fueron dos futbolistas de la Selección Colombia sub-17, una de ellas menor de edad, las que afirmaron que en alguna ocasión el entonces entrenador Didier Luna y el preparador físico Sigifredo Alonso, se sobrepasaron en las concentraciones y entrenamientos. Las deportistas realizaron las denuncias ante la Fiscalía General de la Nación.
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Una de las denunciantes, mayor de edad y que prefirió no revelar su identidad, sostuvo que el acoso por parte de Luna comenzó con comentarios insinuantes. Al no acceder a las pretensiones del seleccionador, la joven deportista indicó que fue "sobrecargada de trabajo", no se le permitía hablar en las reuniones y era gritada con frecuencia.
Ante estas denuncias que acaparando la atención de los medios nacionales estos últimos días, Álvaro González, miembro de Comité Ejecutivo de la Federación, aseguró que los integrantes del órgano rector del fútbol en Colombia están dispuestos a dialogar, pero que actualmente no hay una carta formal presentada ante la Federación.
“Jamás al comité ejecutivo de la federación ha llegado una carta denunciando acoso laboral o acoso sexual, por parte de ningún miembro de una Selección”, aseveró el directivo.
Por otro lado, con relación al caso de los viáticos y otras inconformidades para llegar a las concentraciones, González puntualizó que hay aspectos por mejorar, pero hay otros que no son de conocimiento de la Federación: “Hay que averiguar y si eso es cierto me parecería muy grave”.
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