La Roma derrotó a Leicester y se instaló en la final de la Conference League
La 'loba' se enfrentará en el gran partido al Feyenoord de Luis Sinisterra.
La Roma de José Mourinho se clasificó este jueves a la final de Liga Conferencia gracias al solitario tanto del inglés Tammy Abraham ante el Leicester, que sentenció en los primeros compases un partido (1-0, 2-1 global) que devuelve a una final europea a la 'loba' 31 años después.
Salió Roma dispuesto desde el primer momento a alcanzar una final europea 31 años después, con el recuerdo de la eliminatoria perdida ante el Inter de Milán (2-1). Tardó en carburar el equipo de Mourinho un minuto, el tiempo suficiente para que el Leicester ejecutara un tiro lejano sin peligro, muy lejos de la portería de Rui Patricio.
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A partir de aquí, un monólogo para 'La Loba' en el primer tiempo. Avisó Pellegrini en el minuto 7 con un disparo de falta que por poco sorprende a Schmeichel al palo corto. El Estadio Olímpico se creció. Smalling remató el córner en la siguiente jugada. El estadio era un clamor. Dominaba la Roma.
A la tercera ocasión fue la vencida. El dominio lo materializó Abraham con un testarazo inapelabe a un balón perfectamente botado de 'Lorenzone' Pellegrini desde el córner. Nueve minutos y el Roma estaba en la final de Liga Conferencia tras un inicio arrollador.
Pellegrini dominó en el centro del campo, arropado por los Abraham, Zaniolo, Smalling, Zalewski u Oliveira, que tenía el complicado papel de hacer de Mkhitaryan, fuera por lesión.
Pudo ser mayor la ventaja si Schmeichel no hubiera sacado otra buena mano a un activo Pellegrini, capitán del conjunto romano. Tuvo un atisbo de desperezo el Leicester a falta de poco para el final del primer acto, pero la posesión no le duró ante un sólido Roma que tapió a Vardy, el peligro ofensivo de los ingleses, con un inconmensurable Smalling atrás.
Los ingleses encararon los vestuarios con un total de 0 disparos entre los tres palos y con una única ocasión creada, aquella del primer minuto. El partido estaba donde Mourinho quería. Ya avisó en rueda de prensa que no sabía que partido encontraría, pero que le gustaría uno en el que Rui Patricio no tuviera faena. Trabajo sobresaliente en los primeros 45 minutos.
Salió mejor el Leicester al comienzo del segundo tiempo y, aunque no consiguió una ocasión clara, igualó la contienda en lo táctico y mantuvo el balón con posesiones largas que no pudo tener en la primera mitad.
La 'Loba' resistió y se encomendó a las salidas rápidas, comandadas por Abraham y Zaniolo, muy aislados y bien sujetos por la defensa inglesa. El partido había dado un vuelco, lo que parecía muy claro en el descanso, ya no lo era tanto.
Sin embargo, poco a poco, los hombres de Mou fueron durmiendo el partido, arrebatando el balón a los visitantes y devolviendo el equilibrio al partido. El primer tiro a puerta inglés llegó en el minuto 78, muy centrado, sin poner en apuros la meta defendida por Rui Patricio.
El choque no corrió peligro para los romanos, bien plantados, ni si quiera en los minutos finales cuando, por inercia, el Leicester encerró al Roma con centros laterales y un disparo desde la frontal de Maddison que dejó sin aliento al estadio solo por un segundo.
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Los 'tifosi' celebraron. La grada se entregó tal y como pidió Mourinho en rueda de prensa. Llevaron en volandas a los suyos hasta Tirana (Albania), para disputar la primera final en 31 años, y tuvieron tiempo para dedicarle la más sonora ovación de la noche a Claudio Ranieri, romano y ex entrenador de sendos equipos, campeón de la Premier inglesa con el Leicester.
Fuente
EFE