Inédito penalti en Brasil da la vuelta al mundo: no ‘hubo ni falta’

Hay un nuevo capítulo en el arbitraje que dejó desconcertados a todo el público que atendió al Estadio Mané Garrincha para presenciar el encuentro entre el Flamengo vs Criciúma por el Brasileirao que, a diferencia de varias ligas de Sudamérica, no se detuvo mientras se disputaba la Copa América 2024.  El ‘Mengao’ logró remontar en cuestión de minutos el juego, pero hubo una curiosidad que nunca se había visto en el balompié.

Criciúma pegó primero con gol de Rodrigo Fagundes en la primera parte. De hecho, con el solitario marcador a favor de la visita, se fueron al descanso. La tensión aumentaba con el cuadro local que no encontraba la manera de volver al partido.

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Giorgian De Arrascaeta fue el diferente para asistir a Pedro a falta de quince minutos para el final y el atacante consiguió el empate. A falta de poco para llegar al final de los 90 reglamentarios, nuevamente el uruguayo envió un pase a Everton que controló, y antes de disparar en el área, Gustavo Barreto, volante del Criciúma pecó de vivo y fue cuando se penalizó la jugada.

En ese momento, había un segundo balón estacionado en el área que nadie había rechazado. Tampoco se frenó el compromiso por esa esférica con la que no se estaba jugando. Barreto decidió patear la pelota cuando Everton se disponía a patear y hubo un choque de balones.

Inmediatamente, Maguielson Lima Barbosa, árbitro del partido señaló al manchón blanco sancionando pena máxima por la situación. Reclamos iban y venían por parte del equipo visitante. No hubo ni falta contra un rival y Flamengo tenía la posibilidad de convertir un insólito penalti en gol y triunfo final. Pero, ¿fue bien señalada la infracción?

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LA RAZÓN DE LA PENA MÁXIMA SEÑALADA QUE DA LA VUELTA AL MUNDO

Sin duda alguna, la pelota no tenía por qué estar ahí en ese momento. El árbitro no paró el juego para que la mandara al costado, por lo cual, el juego continuó cuando atacaba Flamengo. Luego, el tener todas las intenciones de despejar el balón contra el balón que tenía el ‘Fla’ en el área llevó a que Maguielson Lima Barbosa no titubeara actuando conforme al reglamento.

Y es que la regla 12 dicta que, “lanzar un objeto contra el balón, a un adversario o a un árbitro, o golpear el balón con un objeto se penaliza con tiro libre directo”, en este caso, como ocurrió en el área, fue penalti. Fueron casi tres minutos de discusión y Gabriel Barbosa poco le importó si era polémico o no para convertir el segundo tanto. Insólita pena máxima, resuelta por el reglamento.