¿Fraude en el Mundial 2006? Coronavirus hizo de las suyas con el polémico caso

El juicio iniciado en marzo por la Justicia suiza contra tres antiguos dirigentes de la federación alemana de fútbol y uno de la FIFA por presunto fraude en el Mundial de Alemania 2006 ha quedado técnicamente cerrado por prescripción del delito, informó el Tribunal Penal Federal helvético.

Las vistas del juicio debían iniciarse el 9 de marzo, pero la incomparecencia de tres acusados ese día y la posterior suspensión de la actividad de ese tribunal debido a la pandemia de COVID-19 han impedido que pueda emitirse un veredicto antes de la fecha límite.

Lea también: "Es como el Real Madrid del ciclismo": el guiño hacia un poderoso del World Tour

El tribunal federal anunció hoy que las vistas se suspendían una vez más a causa de las medidas preventivas contra el coronavirus, hasta el 27 de abril, precisamente la fecha en la que se cumplirá el plazo de 15 años por el que los delitos juzgados prescribirían.

Los acusados eran el exsecretario general de la FIFA Urs Linsi, los expresidentes de la federación alemana Wolfgang Niersbach y Theo Zwanziger, así como el antiguo secretario general de esa institución germana, Horst Schmidt.

El caso giraba en torno a un gasto de unos 6,7 millones de euros en el comité organizador del Mundial 2006, presidido por la leyenda del fútbol alemán Franz Beckenbauer, pagado al parecer al entonces tesorero de la FIFA, el catarí Mohammed Bin Hammam, a cambio de que éste anticipara 250 millones de euros para aquella Copa del Mundo.

De interés: "La rotación de las oportunidades es un principio de vida": cátedra de Juan Carlos Osorio

Según la investigación de la fiscalía, esos 6,7 millones de euros fueron camuflados como gastos de organización de la ceremonia inaugural de Alemania 2006 para poder recaudarlos y devolverlos al empresario francés Robert Louis-Dreyfus, quien luego dirigiría la empresa deportiva Adidas.

Bin Hammam, también antiguo presidente de la Confederación Asiática, fue sancionado de por vida en 2011 por la FIFA, en medio de sospechas de sobornos a mandatarios de federaciones nacionales de fútbol con el fin de lograr votos para dirigir la federación internacional o lograr que Catar fuera sede del Mundial 2022.

Informaciones anteriores señalaron que la fiscalía suiza no llamaría a declarar en este caso a Beckenbauer ya que su situación se trataría por separado, debido a sus problemas de salud.