Escándalo: Futbolistas renuncian a la Selección Argentina por "injusticias"
Las futbolistas de la Selección Argentina denunciaron "injusticias" por no recibir viáticos ni refrigerios acordes.
Este lunes, la Selección Argentina fue sacudida por un escándalo que involucra a tres de sus jugadoras clave renunciaron al combinado patrio haciendo graves denuncias y diciendo sentirse humilladas.
Se trata de Lorena Benítez, Julieta Cruz y Laurina Oliveros, todas integrantes del plantel de Boca Juniors, anunciaron públicamente su decisión de no participar en los próximos amistosos de la fecha FIFA contra Costa Rica, previstos para el 31 de mayo y 3 de junio en Buenos Aires. Las futbolistas denunciaron una serie de "injusticias" que incluyen la falta de viáticos y la carencia de condiciones básicas durante los entrenamientos, como refrigerios adecuados.
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En un emotivo mensaje publicado en Instagram, la mediocampista Lorena Benítez expresó: "Quería expresar y compartir con ustedes mi motivo de ausencia en esta fecha FIFA. Fue una decisión personal, por varios motivos tristísimos que vengo viendo con la selección de mi país". Benítez detalló las condiciones que la llevaron a tomar esta determinación, señalando la "falta de posibilidad de un desayuno o almuerzo en las citaciones de entrenamiento" y el hecho de que los viáticos prometidos "no iban a ser pagados" debido a que los partidos se jugarían en Buenos Aires.
Julieta Cruz, también a través de su cuenta de Instagram, manifestó su frustración y decepción: "Llega un punto que cansan las injusticias, cansa no ser valorada, no ser escuchada y peor aún ser humilladas". Cruz subrayó la necesidad de mejoras en la selección, no solo en términos económicos, sino en aspectos básicos como el acceso a comidas durante los entrenamientos. "Se necesitan mejoras en la selección argentina femenina de fútbol y no hablo solo desde lo económico, hablo de entrenar y tener un almuerzo, un desayuno", enfatizó la defensora.
Laurina Oliveros, la tercera jugadora en renunciar, respaldó las declaraciones de sus compañeras, sumándose a las denuncias sobre las condiciones inadecuadas y la falta de apoyo institucional.
El entrenador de la selección, Germán Portanova, había convocado a las tres jugadoras la semana pasada para los amistosos contra Costa Rica. Sin embargo, la renuncia de Benítez, Cruz y Oliveros plantea serias dudas sobre el manejo interno del equipo y la capacidad de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) para ofrecer condiciones justas y adecuadas para sus jugadoras.
La situación actual de la selección argentina de fútbol femenino ya era preocupante. El equipo ocupa el puesto 33 en el ranking de la FIFA y fue eliminado en la primera ronda del reciente mundial de Australia/Nueva Zelanda 2023. Este nuevo escándalo solo agrava las dificultades que enfrenta el equipo.
La delantera Estefanía Banini, una de las figuras más destacadas del fútbol femenino argentino, renunció a la selección después del mundial y en una entrevista con TyCSports el mes pasado, reveló que muchas jugadoras han sido excluidas de la selección por motivos "no futbolísticos". "Nos agotó la falta de interés por la rama femenina, por eso dimos un paso al costado, creímos que era el paso ideal. No fue una decisión fácil. Yo hablo por mí, pero esto lo han pasado varias jugadoras", declaró Banini.
La renuncia de estas jugadoras subraya una serie de problemas estructurales dentro del fútbol femenino en Argentina. Las denuncias de Benítez, Cruz y Oliveros reflejan un descontento profundo con las condiciones que enfrentan las jugadoras, no solo en términos económicos, sino también en cuanto a la valoración y el respeto profesional que reciben.
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La AFA se enfrenta ahora a un desafío crítico para abordar estas quejas y mejorar las condiciones del fútbol femenino en el país. El escándalo no solo afecta la preparación para los próximos partidos, sino que también pone en evidencia la necesidad de una reforma integral que garantice un trato justo y equitativo para todas las jugadoras. En un momento en que el fútbol femenino está ganando reconocimiento y apoyo en todo el mundo, Argentina debe asegurarse de no quedarse atrás en la protección y promoción de sus atletas.
Las renuncias de Benítez, Cruz y Oliveros no solo son una protesta por las condiciones actuales, sino también un llamado a la acción para mejorar el futuro del fútbol femenino en Argentina. Las voces de estas jugadoras deben ser escuchadas y atendidas, para que el deporte pueda desarrollarse plenamente y las futuras generaciones de futbolistas argentinas puedan prosperar en un entorno justo y respetuoso.
Fuente
Antena 2 con AFP