Cuando Holanda volvió a la final de un Mundial ante una aguerrida Uruguay

Diez años de aquel partido con todos los ingredientes. Desde errores arbitrales hasta el mejor gol de Sudáfrica 2010. Holanda se quedó con el boleto y volvió a la final de un mundial, sufriendo eso sí, ante la aguerrida Uruguay que luchó hasta el final para poner contra las cuerdas a la selección naranja. Fue un 6 de julio en Cape Town donde se vivió la primera llave de semifinales.

Vea también: El día que Alemania humilló a Maradona en Sudáfrica 2010

Cada selección venía de hacer la épica en cuartos. Holanda remontando ante Brasil, la máxima favorita hasta ese momento, dando vuelta al resultado cuando parecía que la ‘canarinha’ no tendría problemas; Uruguay, mientras tanto, apelando a los penaltis para eliminar a Ghana, selección que estuvo a punto de clasificar en el último minuto con un cobro penal tras una mano de Luis Suárez.

Por eso, en semifinales tenían todo para brindar un espectáculo de altura mundialista. Giovanni Van Bronckhorst le puso chapa al encuentro entre dos históricos con un golazo que aún resuena en la memoria de quienes lo vieron. Misil con pierna zurda directo al ángulo sin que Muslera pudiera impedir el 1-0 del partido. Fue el mejor tanto del torneo, a la postre.

Le puede interesar: Brasil vs Holanda en Sudáfrica 2010: un accidente para la 'canarinha'

Cerrando el primer tiempo, Forlán también sacó un potente remate para vencer a Stekelenburg aprovechando las facilidades de la Jabulani, balón oficial del mundial. No obstante, para el tramo final del juego, Sneijder (69) y Robben (72) sentenciaron la victoria holandesa. El primero con un gol tras remate que rebotó en un uruguayo; y el segundo con un cabezazo certero al palo derecho.

Maximiliano Pereira descontó al minuto 90 en una jugada de laboratorio que no alcanzó para llevar el partido al alargue. Uruguay se fue con las botas puestas de aquel Mundial de Sudáfrica 2010, afectado también por las fallas arbitrales que se presentaron. Entre tanto, Holanda avanzó a la final con un estilo de juego distante del que caracterizó a la ‘naranja mecánica’ en otras épocas.