Atlético Nacional ganó su primera Copa Libertadores en 1989 con un equipazo lleno de talento, jerarquía y buen fútbol; sin embargo, hubo hechos polémicos que sucedieron en la parte final del certamen. Cabe resaltar que algunos de estos sucesos no se han comprobado.  

La polémica: Hernán Silva, el protagonista del Millonarios Vs. Nacional de la Copa Libertadores del 89

Era un duelo para alquilar balcón. El actual campeón de Colombia, Millonarios, se enfrentaba ante el subcampeón, Nacional, en la llave de los cuartos de final de la Libertadores de 1989. Sin duda, este encuentro quedó en la historia de ambas instituciones por lo ocurrido.   

Los dos clubes ya habían jugado en dicha edición, compartiendo grupo en la primera fase. Ahí el conjunto bogotano fue primero al llegar a 10 puntos sobre los 7 que obtuvo el conjunto ‘verdolaga.  

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En el partido de ida de los cuartos de final, Nacional pegó primero y ganó 1-0 con gol del recordado Albeiro 'El Palomo' Usuriaga; Millonarios debía remontar entonces el marcador en El Campín de Bogotá en la vuelta el 26 de abril.   

Previo a un partido de tanta importancia, la Conmebol eligió al árbitro chileno Hernán Silva como el hombre de experiencia y de categoría internacional para impartir justicia, pero la actuación del juez generó dudas por algunas situaciones polémicas ocurridas en el trámite del compromiso. A su vez provocó la furia de los jugadores de Millonarios que se encontraban en el terreno de juego.   

Dos faltas dentro del área de Nacional, que el juez no pitó a favor del 'embajador', generaron la rabia de los futbolistas azules que intentaron agredir al chileno Silva.  

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La primera acción fue una infracción del defensor Luis Carlos 'Coroncoro' Perea, sobre el delantero de Millonarios Arnoldo Iguarán, cuando el equipo capitalino ya había igualado la serie con gol de Carlos Enrique ‘La Gambeta’ Estrada.  

Aunque lo que sucedió más tarde fue la 'gota que rebasó el vaso' del club 'albiazul': faltando 15 minutos para el final, el arquero de Nacional, René Higuita, derribó a Iguarán en el área y el árbitro Silva, testigo de la acción, no decretó la infracción. Posteriormente, John Jairo Tréllez marcó el tanto que le dio a Nacional el pase a la gran final del torneo.  El partido concluyó con quejas y patadas de algunos jugadores mientras el chileno Hernán Silva se tuvo que refugiar en el camerino; el árbitro debió salir custodiado por la policía, al igual que los jugadores de Nacional, quienes no pudieron celebrar libremente su clasificación.  

Por David Rocha