Boca-River: los líos de la final de la Copa Libertadores
La reunión en la sede de la Conmebol se realizará hoy. Los presidentes de River y Boca estarán presentes.
Los presidentes de Boca Juniors, River Plate y la Conmebol intentan este martes fijar una nueva fecha para la superfinal de la Copa Libertadores de 2018 suspendida por severos incidentes, en un clima de tensión por acusaciones entre ambos dirigentes argentinos.
El encuentro en Asunción entre los presidentes Daniel Angelici (Boca), Rodolfo D'Onofrio (River) y el paraguayo Alejandro Domínguez (Conmebol) podría saldarse con 'fumata blanca', con fecha y lugar del encuentro, pero aún así no parece estar dicha la última palabra sobre el desenlace del torneo.
Sin embargo, se conoció en primer lugar que Paraguay es una hipotética sede para la final de la Copa Libertadores. Pero, Boca Juniors ha interpuesto ante la Conmebol un documento argumentando la descalificación de River del torneo, y por ende, que el 'Xeneize' sea proclamado campeón.
Aquí el petitorio que le hizo @BocaJrsOficial a la @CONMEBOL en una ampliación del informe que presentó. Son 5 puntos: pic.twitter.com/AdoxqGGLHl
— Leandro Aguilera (@Tato_Aguilera) 27 de noviembre de 2018
Boca presentó un escrito ante el Tribunal de Disciplina de la Conmebol reclamando que se le de por ganada la final tras la violenta agresión de barrabravas de River al autobús que trasladaba al plantel 'xeneize' al estadio Monumental.
El fallido operativo policial derivó en la renuncia este lunes del ministro de Seguridad de Buenos Aires, Martín Ocampo.
Horas antes, el presidente argentino, Mauricio Macri, del mismo signo político de centro-derecha que la alcaldía de Buenos Aires, había cuestionado el operativo policial al señalar que "las fallas" en el sistema judicial y de seguridad posibilitaron los desmanes.
Unos 2.000 efectivos policiales y de otras fuerzas como gendarmería y prefectura fueron desplegados en el operativo el sábado para el River-Boca.
El ataque con piedras y palos dejó a varios jugadores de Boca afectados, entre ellos el capitán Pablo Pérez, herido en su ojo izquierdo.
Los incidentes obligaron a aplazar en dos ocasiones la inédita superfinal entre los archirrivales de Argentina, de la que estaba pendiente todo el mundo del fútbol.
Desazón del presidente de la Conmebol
El presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, manifestó este lunes en una carta su desazón por lo ocurrido.
"El sábado 24 de noviembre será recordado en la historia del fútbol mundial por todas las razones equivocadas. Se suponía que debía ser una final de la Conmebol Libertadores para el recuerdo... Al final terminó siendo un día que debe llenarnos de tristeza y vergüenza a todos; algo que debe desatar una profunda reflexión y una seria autocrítica en todos los estamentos, no solo del fútbol, sino de la sociedad", expresó Domínguez.
"En la Conmebol que presido, el fútbol no se gana con piedras ni agresiones. Lo ganan los jugadores en la cancha. Y más en Sudamérica con la calidad de nuestros futbolistas. En la Conmebol que presido se juega respetando al rival, teniendo el fair play como visión en la cancha, en las gradas, en la dirigencia", agregó.
Artículo 18
Boca se ampara en el artículo 18 del Reglamento de Disciplina, que prevé sanciones hasta la derrota, en una presentación que hizo al Tribunal de Disciplina, un organismo independiente de diez miembros que no ha dado pistas sobre cuándo se expedirá.
D'Onofrio y Angelici, un aliado del presidente Macri, llegan enemistados al encuentro en la sede de la Conmebol, en las afueras de Asunción, después de meses de buenos modales.
Luego de que Boca presentara el recurso ante la Conmebol, D'Onofrio dijo sentirse traicionado por Angelici a quien acusó de no haber respetado "un pacto de caballeros" firmado el sábado para que la final se jugara al día siguiente.
"No hay ninguna posibilidad de que le den por ganado el partido a Boca. Si sucede será una vergüenza absoluta y total, una de las más grandes traiciones que puede hacer alguien", dijo D'Onofrio este lunes al canal de TV argentino América.
En la determinación del resultado o la descalificación que prevé el artículo 18 del Reglamento de Disciplina de la Conmebol quiere hacerse fuerte Boca, que en 2015 fue expulsado en octavos de final de la Libertadores, precisamente en un partido ante River, cuyos jugadores fueron atacados con gas pimienta a la salida del entretiempo en La Bombonera.
River terminó ganando ese año su tercer título de Libertadores, mientras Boca, en la cancha o en el escritorio, busca su séptima corona para igualar a su compatriota Independiente como máximo ganador del certamen continental.
La Unidad Disciplinaria de Conmebol abrió la noche del lunes un proceso disciplinario de oficio contra River Plate por los incidentes.
El equipo 'millonario' fue notificado al respecto la noche del lunes y tenía un plazo de 24 horas a partir de la notificación para formular sus alegatos y presentar las pruebas que en su defensa estime convenientes, indicó la Conmebol.
Fuente
AFP